Los juguetes son instrumentos de juego y a los niños les encantan, pero ¿cuántos juguetes deberían tener? ¿dónde está el límite? Allie Casazza, madre de cuatro niños se sintió realmente desbordada por la cantidad de juguetes que había en casa, por el desorden imposible de ordenar sin que volviera a estar todo hecho un desastre a los cinco minutos. Además de eso, tenía la sensación de que a sus hijos ya nada les satisfacía, que a pesar de todos lo juguetes que tenían.
Un día tomó una decisión radical: decidió deshacerse de los juguetes de sus hijos y asegura que les cambió la vida para mejor. Mejoró su relación con sus hijos y su marido, así como la vida familiar a todo nivel. Disfrutan de pasar más tiempo en familia y a se redujo el estrés.
El síndrome del niño rico
Muchos padres creen que darles a los hijos todo lo que desean es una manera de hacerlos felices, de darles todo aquello que ellos no tuvieron: el mejor juguete, el último modelo de consola, el peluche más grande... Pero realmente no nos damos cuenta del daño que les podemos llegar a hacer. El exceso de juguetes genera niños frustrados y faltos de imaginación
Darles todo, llenarlos de juguetes acaba generando desórdenes relacionados con este comportamiento, lo que se conoce como el síndrome del niño rico, que obviamente no está relacionado con la cantidad de dinero que tengan los padres, sino con cuántas cosas les compren y caprichos les concedan.
Una liberación
Allie no lo hizo como un castigo hacia sus hijos, sino más bien como un cambio de estilo de vida. Se dió cuenta que esa avalancha de juguetes no estaba haciendo felices a sus hijos, ni tampoco a ella en su papel de madre. Estaba estresada por el exceso de objetos en su casa, sus hijos le molestaban y lo único que deseaba era que acabara el día para descansar.
Hoy siente que haber tomado la decisión de donar los juguetes y aprender a vivir con menos es una de las mejores que ha tomado en su vida. Y sin duda, una gran lección para sus hijos. Confiesa sentirse liberada, como si se hubiese quitado un gran peso de encima.
No es fácil. Es algo que hay que consensuar con los hijos, y tampoco es necesario quitarlos todos, pero es importante saber que el exceso no es bueno. Podéis empezar por hacer una limpieza de juguetes y donar aquellos que ya no utilizan, además de cambiar la política de regalos que haga la familia en los cumpleaños y Navidades.
Vía | Abcnews
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