Después de esperarlo tanto, finalmente el bebé ha nacido. Le miras a los ojos, rebozas de felicidad y te preguntas ¿y ahora? Si has elegido alimentar a tu bebé con tu leche, la mejor opción desde el punto de vista nutricional, inmunológico y emocional, te contamos cómo iniciar la lactancia materna.
Es probable que en ese momento cuentes con la ayuda de la matrona o de otro profesional especializado en lactancia materna que te explicará los primeros pasos, pero cuanto más preparada estés mejor, así que te adelantamos todo lo que debes saber sobre las primeras tomas para comenzar con buen pie vuestra lactancia.
La primera hora después del parto, fundamental
La primera hora después del parto es fundamental para establecer las bases de una lactancia materna feliz. Tras el parto, el bebé está sumamente receptivo a tu piel, a tu olor, se produce una importan entre ambos, por tanto se recomienda colocarlo al pecho inmediatamente después de nacer, incluso antes de la expulsión de la placenta. Esto contribuirá a que la lactancia pueda instaurarse sin problemas y a favorecer la interacción afectiva con tu bebé.
Su instinto en este momento es tan fuerte que si se coloca al bebé sobre el vientre de la madre, esté guiado por el olor repta hasta el pecho para comenzar a succionar. Este fenómeno se conoce como Breast Crawl.
Qué sucede las primeras horas después del parto
La primera toma del bebé
Ya sea durante el parto (mejor) o en cuanto la madre se sienta en condiciones será el momento de la primera toma. Ya estarás tranquila en la habitación y toca poner el bebé al pecho. ¿Dolerá? ¿Cómo será la sensación? ¿Tendré suficiente leche? son algunas de las preocupaciones más habituales.
Para empezar, tienes que adoptar una postura cómoda para ambos. Al principio opta por la postura tradicional ya luego irás buscando nuevas posiciones. La madre tiene que estar sentada, o si sientes dolor después del parto semitumbada, con la espalda bien apoyada y sujetando al bebé con el antebrazo. Si lo prefieres, puedes colocar debajo del brazo una almohada, un cojín o un cojín de lactancia de será muy útil.
No debe haber prendas que interfieran entre el pecho y la boca del bebé. Cuanto más contacto piel con piel haya, mejor. Una vez conseguida la postura que te resulte más cómoda viene algo sumamente importante: el agarre del bebé al pecho. Un mal agarre puede acarrear problemas como dolor, grietas, que el bebé reciba poca leche, etc...
¿Cómo debe agarrarse el bebé al pecho?
La boca del bebé debe cubrir toda o casi toda la areola mamaria y el pezón debe estar completamente dentro de su boca, sobre el paladar blando en la parte superior de la boca. Para dejarlo más claro, el pezón no debe quedar en los labios del bebé sino todo dentro de la boca. La leche sale por el pezón pero gracias a la succión que hace el bebé del pecho.
El reflejo de succión del bebé enviará al cerebro de la madre la orden para producir prolactina, hormona responsable de la producción de leche.
Si el bebé no se coge al pecho enseguida, no te agobies, sigue intentándolo. Algunos lo hacen enseguida y otros tardan un poco más. Para ayudarle, déjale en contacto con tu pecho desnudo la mayor parte del tiempo, cerca de tu olor y tu calor. La mayoría de los bebés realizan la primera toma dentro de las dos horas siguientes al parto.
Al principio no saldrá leche, lo primero que recibirá tu bebé será calostro. El calostro, una sustancia acuosa y amarillenta compuesta por inmunoglobulinas, agua, proteínas, grasas y carbohidratos que le proporciona al recién nacido todo lo que necesita.
Las primeras 12 horas
Después del parto, de la primera revisión y de la primera toma, el bebé se siente agotado y lo más probable es que duerma unas cuantas horas. El recién nacido sano es capaz de autorregular su ingesta, por lo que no es necesario despertarle para darle una segunda toma.
Mantén a tu bebé en tu misma habitación y cerca tuyo para estar pendiente de cualquier señal y poder ofrecerle el pecho en cuanto se despierte.
Aprovecha estas horas para descansar y recuperarte del parto. Las visitas pueden esperar y por cierto, hablando de visitas, no te dejes agobiar por consejos sobre cómo alimentar o cómo cuidar a tu bebé. Confía en tu instinto y en la conexión con tu bebé. Tú sabrás cómo hacerlo.
Las primeras 24 horas
Después de unas horas de descanso el bebé se despertará con ganas de mamar. Manténlo con libre acceso al pecho y ofréceselo siempre que quiera, sin horarios, a demanda. Con el tiempo irás reconociendo los gestos del bebé que indican que quiere mamar: se mete las manos en la boca, hace el movimiento de succión o abre la boca buscando el pecho. No esperes a que llore, en cuanto notes estas señales colócale al pecho.
Tampoco hay un tiempo para cada toma, no tienes que estar pendiente del reloj. El recién nacido puede llegar a hacer entre 8 y 12 tomas diarias (esto es aproximadamente una toma cada 2-3 horas) y tomará la cantidad que necesite. Cuando vacíe un pecho colócalo en el otro. Es muy importante que tengas en cuenta la importancia de que cuanto más tiempo esté el bebé al pecho más succionará y más se activará la producción de leche.
Las primeras 48 horas
Si has tenido a tu bebé en el hospital, seguramente este día te vayas a casa. Entre las 30 y las 72 horas después del parto se produce la subida de la leche. En madres primerizas suele darse más tarde, mientras que en multíparas, antes.
Según cómo se haya establecido la lactancia materna desde las primeras horas después del parto, la subida de la leche será más o menos problemática. Si colocas al bebé al pecho nada más nacer y succiona a demanda varias veces al día, el proceso de la subida será menos incómodo y doloroso. Si ha sido muy paulatino, puede incluso no notarse.
¿Hay que despertar al bebé para darle el pecho?
Algunos bebés permanecen muy adormilados los primeros días de vida; es recomendable ponerlos piel con piel para estimularles y permitirles un rápido acceso al pecho.
El Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría afirma que, en algunos de estos casos puede ser necesario tratar de despertarlos para que se alimenten (desvistiéndolos o dándoles un suave masaje en la planta de los pies). Glover, en su artículo, recomienda hacerlo si han pasado entre 3 y 5 horas desde la toma anterior. Si un bebé está excesivamente somnoliento debería ser valorado por un pediatra.
Superados estos primeros días de vida, cuando la lactancia materna ya está bien establecida, se trata de un bebé sano a término que gana peso y reclama sus tomas, no hay ninguna necesidad de despertarles para comer. Ellos se despertarán y reclamarán el alimento cuando lo necesiten.
Una vez en casa...
Una vez que estés en casa, mantén las mismas recomendaciones: ofrece el pecho a demanda, controla siempre que el agarre sea correcto y procura que vacíe un pecho antes de ofrecer el otro para evitar una congestión o ingurgitación mamaria.
Cualquier duda que tengas, dolor o problema a la hora de dar el pecho busca la ayuda de una consultora de lactancia en tu zona. Son profesionales cualificados y preparados para asesorar a las madres durante esta etapa.
Espero que estos consejos te ayuden a iniciar con éxito la lactancia materna una vez que el bebé ha nacido. Los primeros momentos pueden ser desconcertantes, por lo que saber de antemano cómo actuar hará que te sientas más confiada en el poder que tienes para alimentar a tu bebé.