La alimentación del bebé con leche materna es tan antigua como la raza humana. Hablamos de millones de años, y después de tanto tiempo es increíble darnos cuenta de que es ahora cuando estamos descubriendo la mayoría de cosas relacionadas con este tejido líquido lleno de células, nutrientes y defensas para el bebé.
Uno de los últimos descubrimientos, bastante sorprendente, es el que han hecho investigadores del Lis Maternity Hospital y del Sourasky Medical Center de Tel Aviv: la leche materna extraída manualmente parece tener más grasa y más calorías que cuando se extrae con sacaleches.
Datos del estudio
Para conseguir las muestras, los investigadores contactaron con 21 mujeres que iban a ser madres. Una vez dieron a luz, y después de que segregaran el calostro, se hicieron con muestras de su leche extraída con sacaleches de uso hospitalario, así como de su leche extraída de manera manual, después de enseñarles cómo hacerlo de manera eficaz.
Al comparar las muestras vieron que el contenido de grasa en la leche materna obtenida manualmente era de 2,3 ± 1,27 gramos por cada 100 ml, que consideraron significativamente mayor que el contenido de grasa de la leche obtenida con el sacaleches, que fue de 1,84 ± 1,36 gramos por cada 100 ml.
Al ver las calorías que aportaba la leche de cada madre, según el método por el cual había sido conseguida, las variaciones también se consideraron significativas: la leche extraída de manera manual tenía un contenido calórico de 53,47 ± 13,66 kcal por cada 100 ml, mientras que la que las madres se sacaron con sacaleches tenía 48,9 ± 14,8 kcal por cada 100 ml.
La concentración de proteínas y de hidratos de carbono no sufrió variaciones con ambos métodos de extracción.
Estas diferencias se mantuvieron incluso después de controlar las variables de edad, modo de nacer, edad gestacional en el momento de dar a luz, si era el primer hijo o no, y el tiempo que había durado el parto.
Pero... ¿por qué?
El presente estudio se hizo con mujeres que habían dado a luz 72 horas antes. Es decir, prácticamente con la subida de la leche reciente. Los investigadores no saben muy bien por qué sucede esta diferencia, aunque creen que puede ser debido a que antes de la extracción manual se suele recomendar a las mujeres que hagan un poco de masaje en su pecho, como moviendo la leche de su interior para aproximarla al pezón.
Al parecer, consideran que esto podría realizar un poco de mezcla entre la leche que sale al principio y la leche del final, que es más rica en grasas.
Por otra parte, se ha visto que a la hora de extraer el calostro, mucho más denso que la leche materna, la extracción manual parece conseguir más cantidad que un sacaleches. La diferencia puede ser una cuestión mecánica: no es lo mismo lo que hace un sacaleches en el pecho que lo que hace una mano. Consideran, entonces, que el gesto de la mano a la hora de extraer la leche materna podría ser más eficiente a la hora de extraer la leche más densa, la que tiene más grasa.
Por ello, los investigadores se atreven a enviar una recomendación por si pudiera ser de ayuda: que en aquellos bebés que empiezan su lactancia mediante la lactancia diferida, la extracción se haga, a ser posible, de manera manual, para que la poca leche que tomen porque aún son pequeños, tenga más grasa y más calorías.
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