Son muchos los componentes de la lactancia materna que se conocen y muchos los que no se conocen o cuyos beneficios son una incógnita. Esto hace que, pese a tener mucha información relativa a la leche humana, quede todavía mucho por explorar y averiguar y sean posibles sorpresas como la que leemos estos días en la prensa: la leche materna podría ser efectiva en la lucha contra el cáncer.
Hace ya años que se baraja esta hipótesis y es ahora cuando se empiezan a hacer públicos algunos resultados obtenidos con personas.
El hallazgo data de 1992, cuando Catharina Svanborg, una inmunóloga de la Universidad de Lund, en Suecia, que trabajaba con un estudiante de postgrado, observó, de forma casual, como las células cancerígenas aisladas disminuían cuando entraban en contacto con la leche humana, siendo destruidas.
Hamlet
A partir de ese instante comenzaron a buscar el mecanismo que producía la destrucción de las células y el componente de la leche que lo provocaba. En 1995 observaron que modificando la alfa-lactoalbúmina de la leche materna se conseguía inducir la muerte de las células tumorales.
A este complejo lo llamaron HAMLET (Human Alpha-lactalbumin Made Lethal to Tumor cells). La investigación prosiguió. No tenían los medios adecuados aunque a medida que iban pasando los años empezaron a llegar grandes multinacionales dispuestas a invertir en estas investigaciones.
Es ahora cuando, estudiando los efectos de HAMLET en humanos, se empiezan a publicar algunos resultados obtenidos. En pacientes con cáncer de vejiga, por ejemplo, se ha observado que han ido eliminando las células cancerosas muertas por la orina después de cada tratamiento.
A nivel de laboratorio, HAMLET ha demostrado ser eficaz contra 40 tipos diferentes de cáncer, hecho que ha motivado que los investigadores tengan previsto estudiar el efecto del compuesto sobre el cáncer de piel, los tumores en las membranas mucosas y los tumores cerebrales.
¿Beber leche materna puede curar el cáncer?
Esta es la gran pregunta que se genera leyendo esta noticia y la respuesta es no. HAMLET es una sustancia que se consigue modificando en laboratorio la alfa-lactoalbúmina de la leche materna. Sin esta modificación, el efecto de destrucción de las células cancerosas no se lleva a cabo.
El estudio comentado realizado con pacientes con cáncer de vejiga se hizo administrando la lactoalbúmina modificada en una concentración más de diez veces superior que como podría encontrarse en la leche materna, mediante inyección directa en la misma vejiga. Es decir, no es que les dieran un vaso de leche materna cada ocho horas, sino que les administraban la sustancia modificada, concentrada y mediante una jeringa.
Si un enfermo de cáncer tomara leche materna es muy improbable, por no decir imposible, que se curara. Mal no le haría, por supuesto, y quizás hubiera alguna mejoría del estado general por los innegables efectos beneficiosos de la leche materna, pero de ahí a eliminar directamente las células cancerígenas hay un trecho.
En Internet se pueden leer desde hace tiempo algunos casos de personas afectas de cáncer que sí han probado el tratamiento con leche humana ingerida, refiriendo buenos resultados. Lógicamente, pocos casos no sientan precedente y ni siquiera sirven como muestra de nada, ya que no se pueden comparar con casos similares no tratados de ese modo.
Ojalá este descubrimiento abra una nueva posibilidad de cura para los niños y adultos con esta enfermedad. Seguiremos pendientes de futuras investigaciones al respecto.
Más información | ABC, Plos One (inglés), Kurioso
Fotos | Flickr – myllissa, U-g-g-B-o-y
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