Hace cosa de dos años realicé una encuesta a 155 madres que daban (o habían dado) el pecho a sus hijos de manera prolongada con la intención de saber qué personas de su entorno las apoyaban y quiénes las criticaban.
La pregunta era muy simple, las madres debían ir marcando, junto a la persona indicada, si apoyaba su decisión de amamantar a su hijo durante un tiempo prolongado o si por el contrario no estaba de acuerdo con dicha decisión.
Las personas sobre las que se les preguntaba eran: el marido o pareja, amigas o vecinas, la madre, la suegra, otros familiares, la comadrona, los pediatras, las enfermeras, los médicos o ginecólogos y otros.
En primera instancia quería simplemente valorar el entorno más cercano de la madre, sin embargo, dado que muchas madres venían diciendo que en las visitas médicas recibían poco apoyo y algunas críticas hacia la lactancia quise incluir a varios profesionales médicos para ver cuál era su comportamiento.
Qué es lactancia prolongada
En el momento de realizar la encuesta definí como lactancia prolongada el amamantamiento de un bebé más allá de los 12 meses, sin embargo respondieron también madres con bebés más pequeños, ya que para muchos dar el pecho más de seis meses ya es prolongar demasiado la lactancia (y para algunos el corte es incluso antes).
Lo más correcto, probablemente, sería hablar de lactancia prolongada cuando el niño o niña tiene más de dos años, ya que los dos años es la meta que la OMS considera como idónea: “se recomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de la vida del niño y continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más”.
En cualquier caso, la definición al fin y al cabo no era demasiado importante y se consideraron válidas también dichas respuestas, ya que si una mujer recibe críticas de una persona cuando su bebé tiene siete meses, seguro que las recibirá de la misma persona cuando tenga catorce, por ejemplo.
Resultados
Podemos observar el papel fundamental de los maridos o compañeros en el apoyo a la lactancia, ya que el papel de la madre lactante depende en gran parte de los comentarios directos de las personas más allegadas. Las madres también apoyan en gran número y son de las que menos criticas ofrecen pese a que 30 no es un número nada desdeñable. Las suegras ofrecen mayor número de críticas y menos apoyo que las madres.
En cuanto a los profesionales de la salud, a menudo los hijos son visitados por varios pediatras y enfermeras, por lo que había más casos en que las madres apuntaban apoyo y crítica. También se daba el caso de haber recibido apoyo en un primer momento pero crítica después al verse prolongada la lactancia.
Conclusiones
Es habitual que haya gente que muestre su parecer ante una conducta que considera poco habitual. Un breve comentario puede ser tomado como una crítica y en ocasiones lo que debería haber sido un breve comentario es una crítica en toda regla.
Con esto quiero decir que poco hay que decir acerca de la familia y los conocidos porque probablemente seguirán haciéndolo (así somos los españoles, que solemos hablar cuando hay que callar y solemos callar cuando hay que hablar), pero mucho hay que decir acerca de los profesionales de la salud. Es bastante indignante ver que 70 madres recibieron críticas por parte de las enfermeras y 56 por parte de pediatras. Es cierto que en general hay más apoyos que críticas, pero en profesionales de la salud que deben hacer una prevención y promoción de la salud tal cantidad de críticas es inadmisible (de hecho es inadmisible cualquier crítica a una conducta o alimento que sea beneficioso para la salud).
Continuará....
Tras ver que el número de críticas por parte de los profesionales de la salud era bastante elevado quise conocer qué tipo de críticas eran las que recibían, así que les pregunté por ello. Podréis leerlo en Bebés y más en próximos días.
Foto | Flickr – c r z,
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