Según un informe publicado en 2023 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de uno de cada seis adultos padece infertilidad, algo que puede causar angustia, estigmatización y afectar al bienestar mental y psicosocial de los afectados.
En España, se estima que aproximadamente una de cada seis parejas en edad reproductiva tiene problemas para tener hijos, según la Sociedad Española de Fertilidad. La infertilidad afecta, por tanto, al 15-20% de las parejas españolas. La entidad lo atribuye a factores como los hábitos de vida poco saludables, el sobrepeso, la contaminación ambiental y algunas enfermedades.
Según los estudios científicos, el origen de la infertilidad suele deberse en un 30% de los casos a factores femeninos y en otro 30%, a masculinos, mientras que, en un 30% más, la causa es mixta, ya que ambos miembros de la pareja presentan alteraciones. En el 10 % restante, la causa es desconocida.
La respuesta, en todo caso, está en las técnicas de reproducción asistida. Y, puesto que comenzar un proceso de reproducción asistida no siempre es fácil, a continuación respondemos a las dudas más frecuentes y te contamos todo lo que debes saber sobre las principales técnicas y cómo elegir el centro más adecuado.
¿Qué es y en qué consiste la reproducción asistida?
La reproducción asistida engloba un conjunto de técnicas y tratamientos médicos que buscan sustituir o asistir el proceso natural de la reproducción para facilitar el embarazo en parejas con problemas para lograrlo de forma natural.
¿Cuándo es necesario un tratamiento de reproducción asistida?
Aparte de alteraciones genéticas y malformaciones uterinas, se considera que una pareja puede necesitar un tratamiento de reproducción asistida cuando ha pasado un año manteniendo relaciones sexuales sin protección y no ha conseguido el embarazo. El periodo se reduce a los 6 meses si hablamos de mujeres mayores de 35 años.
Asimismo, en casos en los que haya alguna enfermedad hereditaria familiar que pueda afectar a la salud del feto se recomienda acudir a una clínica para realizar un estudio genético y encontrar la vía de reproducción más segura.
¿Cuáles son los tres tipos de reproducción asistida?
Entre las técnicas más conocidas y utilizadas se encuentran:
Inseminación Artificial (IA)
Es el tratamiento más sencillo, que consiste en la introducción de espermatozoides en el útero para facilitar la fecundación en las trompas de Falopio, como ocurriría en un embarazo natural. Para ello, se comienza por la estimulación ovárica y la inducción de la ovulación y se prepara el semen en el laboratorio. Después, mediante una fina cánula se introducen los espermatozoides en el útero.
Es un proceso en el que pueden participar tanto parejas como mujeres de forma individual, ya sea con semen de la pareja o de un donante.
Fecundación In Vitro (FIV)
En esta técnica los óvulos son extraídos y fecundados con espermatozoides en un laboratorio, es decir, fuera del cuerpo, y los embriones resultantes se transfieren al útero. Así, los óvulos son extraídos mediante un procedimiento llamado punción folicular, para después ser preparados y puestos en contacto con los espermatozoides en el laboratorio, ya sea a través de la FIV convencional o mediante la ICSI técnica.
Una vez que los óvulos son fecundados, se monitorea su desarrollo y los embriones resultantes se cultivan en el laboratorio durante varios días, seleccionándose los más viables para su posterior transferencia al útero. Por último, tras 10-12 días se confirma el éxito del tratamiento con una prueba.
Esta técnica es idónea para parejas con problemas de fertilidad, como alteraciones en las trompas de Falopio, endometriosis, así como baja calidad o cantidad de esperma, entre otros. En total, es un proceso que dura aproximadamente 4-5 semanas.
Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI)
Es una técnica utilizada en casos de infertilidad severa, tanto masculina como femenina, que consiste en la introducción de un espermatozoide directamente en el interior de un óvulo, a través de una microaguja, con el fin de facilitar la fecundación. Esta técnica se emplea en situaciones donde la fecundación in vitro convencional no es factible, como en casos de baja calidad o cantidad de espermatozoides, problemas en la movilidad de los espermatozoides, o fracaso en intentos previos de fecundación in vitro.
Una vez que los óvulos son fecundados, se monitorea su desarrollo y los embriones resultantes se transfieren al útero materno para lograr un embarazo. Es especialmente útil si hablamos de infertilidad masculina severa o cuando la mujer presenta baja calidad ovocitaria o ha tenido intentos previos fallidos de fecundación in vitro.
La inseminación artificial y la fecundación in vitro son las técnicas de reproducción asistida más usadas, aunque la elección de una u otra depende del tipo de infertilidad y de la recomendación médica. El protocolo a seguir suele dar prioridad a la técnica más sencilla y menos invasiva y solo en el caso de infertilidad grave o fracaso en varios intentos se pasará a una técnica reproductiva más compleja.
¿Cuál es la diferencia entre inseminación artificial y fecundación in vitro?
Teniendo en cuenta lo anterior, la principal diferencia entre la inseminación artificial y la fecundación in vitro radica en el lugar donde se produce la fecundación. Mientras que en la IA la fecundación tiene lugar directamente en el útero, en la FIV se realiza en un laboratorio controlado, y posteriormente, cuando el embrión se ha formado, se introduce en el útero de la mujer.
También hay otras diferencias significativas como que para realizar una IA es indispensable que las trompas de Falopio sean permeables y que el proceso de estimulación ovárica en la IA es mínimo para evitar el riesgo de embarazo múltiple, mientras que en la FIV requiere extraer entre seis y quince óvulos, aumentando esa posibilidad.
Además, la FIV tiene un precio más elevado que la IA, pero también mayores tasas de éxito, aumentando las posibilidades de embarazo en un 60% en comparación con la inseminación. Así, mientras la inseminación cuenta entre 700-1.700 euros, la FIV oscila entre entre los 3.500 y 5.500 euros de media.
Cómo elegir tu centro de reproducción asistida
En España los tratamientos de fertilidad también están disponibles en la Seguridad Social sin coste alguno, siempre que se cumplan dos requisitos: la edad máxima –menor de 40 años en el caso de la mujer y de 55, en el caso del hombre– y no tener otros hijos con esa pareja. Quienes cumplan los requisitos pueden entrar en una lista de espera, que puede superar el año.
Si no los cumples o no deseas esperar tanto para someterte al tratamiento, las clínicas privadas de reproducción asistida serán tu mejor opción. Y, a la hora de elegir la más adecuada para ti, es importante que consideres varios factores para asegurar la adecuación del tratamiento a tus necesidades:
- Autorización y certificación: verifica que el centro esté autorizado oficialmente y cuente con certificaciones de calidad.
- Instalaciones y tecnología: asegúrate de que el centro tenga laboratorio y quirófano propios, y que disponga de tecnología actualizada.
- Experiencia y especialización: prioriza los centros con un equipo médico experimentado y especializado en tratamientos de fertilidad.
- Personalización del tratamiento: busca un centro que ofrezca tratamientos personalizados, a ser posible, que esté activo en investigación para garantizar la actualización constante en las técnicas utilizadas.
- Transparencia en los costes: confía en aquellos centros que ofrezcan precios cerrados y que sean claros en cuanto a los costes adicionales que puedan surgir.
- Tasas de éxito: consulta las tasas de éxito del centro en los tratamientos de reproducción asistida y, si no están accesibles, solicita los datos.
- Ubicación: puede parecer una cuestión menor, pero lo cierto es que la proximidad del centro puede ser importante debido a la frecuencia de las visitas durante el tratamiento.
- Aspectos legales y sociales: es fundamental que conozcas la legislación vigente en materia de reproducción asistida. En España, la Ley 14/2006 es una de las más completas, y establece los límites y condiciones bajo los cuales se pueden aplicar todas estas técnicas.
Además, es importante considerar aquellos aspectos sociales y emocionales involucrados en el proceso, por lo que buscar apoyo psicológico a la hora de someterte al tratamiento puede ser una buena idea.
Ante todo, recuerda que antes de iniciar un proceso de reproducción asistida es crucial que te informes sobre las técnicas disponibles y te asesores sobre cuál es la más adecuada en tu caso. Para ello, hay muchos centros que ofrecen una primera visita gratuita que puede ser muy esclarecedora.
Y es que, con la información adecuada y el apoyo de profesionales calificados, las parejas pueden aumentar sus posibilidades de éxito y vivir la experiencia de ser padres de manera informada y segura.
Más información:
- Clínica Emby (Oviedo)
- Instituto Igin (País Vasco)
- Instituto Igin (Salamanca)
- Instituto Igin (Santander)
- FIV Valencia (Valencia)
- Imfer Fertilidad (Murcia)
- Fertty (Barcelona)
Imágenes | Freepik / atlascompany, Adobe Stock / Prostock-studio.