Todos los años el Ministerio de Sanidad hace público un informe sobre la interrupción voluntaria del embarazo en España y, aunque no es algo que me quite el sueño, sí es cierto que suelo echarle un ojo porque, como enfermero de pediatría, soy un agente de salud que tiene como misión realizar acciones de educación sexual en colegios e institutos, y uno de los temas clave es el de los métodos anticonceptivos y el de los métodos que no deberían utilizarse como tal.
Los datos del año 2016 no son públicos todavía, pero sí están los referentes al año 2015. Al observarlos, siempre me llama la atención una estadística, la de mujeres que se someten a un aborto cuando ya lo han hecho en otras ocasiones anteriores. Y de entre todos los datos, sobre todo el que habla de aquellas que ya lo han hecho en cinco o más ocasiones: 781 mujeres abortaron voluntariamente en 2015 por sexta vez.
Los datos del informe
El informe, publicado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, dice en la página 23, en el apartado "5 o más IVE", que durante el año 2015 fueron setecientas ochenta y una las mujeres que, como mínimo, abortaron por sexta vez.
Es cierto que 781 mujeres de un total de 94.188 mujeres que se sometieron a un aborto en ese año son muy pocas, pero no deja de ser sorprendente el dato. Sin duda, es para reflexionar sobre ello, como también lo es el hecho de que 970 mujeres abortaran por quinta vez, que 2.567 lo hicieran por cuarta vez y que 7.743 lo hicieran por tercera vez. Si las sumamos todas, tenemos que 12.061 mujeres habían abortado por lo menos en dos ocasiones antes. Esto es un 12,8% de las mujeres que se sometieron a la intervención, que es un dato mayor que el 12,3% de las mujeres que lo hicieron en 2013.
¿Por qué abortaron por sexta vez?
Está claro que cada mujer tendrá sus motivos y tampoco somos nadie para criticar o hacer juicios de valor al respecto. Por ello, me voy a limitar a explicar qué dice el informe. Según leemos en la página 38, de las 781 mujeres que abortaron por sexta vez o más, 109 mujeres viven solas y tienen ingresos propios y 57 viven solas pero no tienen ingresos; 266 viven con la pareja y tienen ingresos propios y 243 viven con la pareja pero no tienen ingresos propios; 16 viven con sus padres y tienen ingresos propios y 49 viven también con los padres pero no tienen ingresos; y 21 mujeres conviven con otras personas y tienen ingresos y 4 viven con otras personas pero no tienen ingresos.
Es cierto que una mujer puede abortar si así lo desea, porque actualmente la ley lo permite (y creo que somos mayoría los que consideramos que esto debe ser así, porque una mujer no debería jamás ser condenada por decidir abortar), pero sí creo que podemos convenir que el dato en cuestión es lo suficientemente llamativo como para considerar que algo puede estar fallando. Y digo fallando, porque una interrupción voluntaria del embarazo no es un método anticonceptivo, y para lograr seis embarazos, son necesarias muchas relaciones sexuales sin protección (normalmente muchas más que seis relaciones).
Por eso, parece que debemos seguir haciendo hincapié en educar a las chicas y a los chicos en el respeto hacia su propio cuerpo y en el respeto hacia el cuerpo de la otra persona. También en el respeto hacia la vida y la capacidad de engendrarla. Y además, en el respeto hacia una intervención que puede ser una solución a un problema, pero no la única solución; y hacia un sistema de seguridad social que lo permite y del que se debería poder hacer uso, pero quizás no tanto un abuso.
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