Todos conocemos ya la nueva canción de Shakira, la llamada BZRP Music Sessions #53 que lanzó ayer junto a Bizarrap, donde ataca directamente a Piqué y a su actual pareja, Clara Chía.
Se ha creado un gran revuelo y un gran debate; algunos se posicionan a favor de la cantante y otros, critican su comportamiento (por razones diversas).
Entre estas razones, está la de cómo impacta todo esto a los hijos de ambos: ¿cómo les afecta esta canción? Vamos a reflexionar sobre la canción de Shakira y también sobre las consecuencias para los hijos que ocasionan este tipo de guerras de los padres tras separarse.
Una canción polémica
La canción de Shakira ha desatado la polémica porque ataca directamente a Piqué y a su nueva pareja, Clara Chía. Lo hace a través de dardos envenenados en forma de afirmaciones, los cuales son los más directos que ha habido hasta ahora en las canciones de la cantante colombiana.
Recordemos que ya había compuesto otras canciones donde hablaba sobre su ruptura, como la de Monotonía o Te felicito, ambas del 2022. Pero nunca habían sido tan directas como esta, que es mucho más explícita, con frases como:
- Una loba como yo, no está pa’ novatos como tú
- Estás con una igualita que tú
- Tiene nombre de persona buena, clara-mente, no es como suena (para referirse a su nueva pareja)
- Mucho gimnasio, pero trabaja el cerebro un poquito también
- Yo valgo por dos de 22 (refiriéndose a la edad de su nueva pareja)
- Cambiaste un Ferrari por un Twingo
- Cambiaste un Rolex por un Casio
¿Todo vale?
Shakira, como tantos otros cantantes, utiliza la música, que es su forma de vida, como una forma de expresar y canalizar sus emociones y vivencias. Cada canción es una historia, y su vida, es su fuente de inspiración. Y esto es totalmente lícito.
El tema aquí, ya ni siquiera es cómo puede afectar esto a Piqué, ya que nos falta muchísima información sobre cómo ha sido su vida privada, por lo que tampoco podemos decir si esta canción es "justa" o "injusta".
El tema principal aquí es cómo todo esto afecta a los hijos de ambos. Esta canción perdurará por los años de los años y sus hijos la seguirán escuchando cuando sean mayores.
Por eso, aunque pueda entenderse que la rabia y este tipo de emociones tras la ruptura, le hayan inspirado a componer una canción así, lo que es innegable es que esto afectará a los niños. Y no se trata de culpabilizar a Shakira, sino de reflexionar sobre estas consecuencias.
Cómo puede afectar esta canción a los niños
Los niños irán al cole y escucharán los comentarios de sus compañeros, verán esta noticia en las redes, etc. No viven en una burbuja, y es imposible protegerlos de todo esto.
Protegerles implica que los padres tengan una relación cordial donde prevalezca el bienestar de los hijos, y no criticarse o tirarse "pullitas" que se hacen mundialmente conocidas en cuestión de segundos.
Por eso es tan importante prevenir, porque las consecuencias para ellos ya están; ya están siendo acosados por la prensa, pero es que además ahora van a tener que escuchar barbaridades de sus padres y ataques hacia ellos.
Y por otro lado, ¿cómo se sentirán al escuchar la canción? ¿Qué pueden sentir al escuchar estas faltas de respeto hacia su padre? Pueden normalizar comportamientos que no son sanos para una relación de pareja.
Además, ante este tipo de situaciones los niños pueden sentirse tironeados y confundidos, y sentir que "tienen" que posicionarse de un lado u otro (a favor de uno de los padres), cuando ellos en realidad quieren a ambos padres por igual. Y esto les puede generar malestar, confusión, sentimientos de culpa...
Por ello es tan importante que, aunque los papás dejen de ser pareja, sigan siendo los mismos padres que velan por el bienestar de sus hijos.
Los niños también sufren tras una separación
Y es que, aunque tras una ruptura, en general, sufren ambas partes, tanto el padre como la madre, los niños también sufren, y mucho. En el caso de Shakira y Piqué es mucho más evidente y las consecuencias pueden ser incluso peores, porque se trata de personajes públicos, pero en el resto de niños que no tienen padres famosos, también hay un gran sufrimiento.
Y no tanto por la ruptura en sí, que también, sino por la guerra entre los padres que se crea después. Cuando hablamos de guerra nos referimos, no solo a canciones como esta, sino a todas esas discusiones de los padres que los hijos presencian.
Al hecho de que, por ejemplo, uno malmeta sobre el otro, intentando influenciar a los hijos negativamente. Y a tantos otros ejemplos (escuchar comentarios de sus padres, ver cómo su custodia llega a manos de la justicia, pasar por tribunales, etc.).
Las consecuencias de este tipo de guerras entre padres
Todo esto puede acabar desarrollando sentimientos y creencias negativas en los niños hacia alguno de los progenitores, generar distanciamiento en los niños hacia ese papá o esa mamá, desconfianza, el hecho de no querer pasar tiempo con él o ella, etc.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que los niños merecen (y necesitan) poder gestionar la separación de sus padres de forma tranquila. Lo necesitan para poder recomponerse y aceptar esta nueva realidad, algo que puede ser doloroso para ellos.
Y esto no pueden lograrlo si continuamente ven cómo sus padres se machacan (públicamente, en el caso de Shakira y Piqué), se faltan al respeto entre ellos. Además, ¿qué le estamos enseñando a los niños faltándole el respeto a la que ha sido nuestra pareja, el padre o la madre de nuestros hijos?
¿A esa persona que un día quisimos y respetamos? ¿Qué mensajes y valores les transmitimos con esto? Les estamos transmitiendo el mensaje de que todo vale cuando nos hieren, de que las cosas se hacen así, o de que esto es normal. Y no debería serlo.
El bienestar de los hijos: un tesoro que cuidar
Sea como sea, durante una separación es fundamental velar por el bienestar de los hijos, aunque esto requiera esfuerzo y muchas veces las emociones de la propia ruptura nos inunden (el enfado, la rabia, el rencor...).
Como adultos, debemos aprender a gestionar estas emociones de forma saludable, y a responsabilizarnos de ellas, porque son nuestra mochila, no la de nuestros peques.
Ellos ya tienen suficiente con la suya. Hagamos nuestros procesos, pidamos ayuda psicológica si la necesitamos, pero no dejemos que nuestras guerras internas y externas les salpiquen, porque no se lo merecen. ¡Son niños!
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