Este domingo volvía a saltar una noticia de estas características. Y decimos volvía porque en otras ocasiones ya hemos hablado de embarazos en niñas. En esta ocasión se trataba de una niña de once años que daba a luz en Murcia.
La pequeña de 11 años, y de origen boliviano, dio a luz este pasado sábado en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia y, como es natural, este hecho que nos deja a todos estupefactos hizo saltar todas las alarmas. Los médicos activaron el protocolo establecido y comunicaron los hechos a la Jefatura Superior de Policía y al juez de guardia para que iniciara una investigación. Este protocolo también incluye avisar a los servicios sociales de la comunidad que ya están trabajando en el caso para verificar si detrás pudiera existir algún delito.
Al parecer, los padres llamaron a los servicios médicos porque pensaron que la niña estaba sufriendo algún tipo de problema estomacal o que tenía alguna enfermedad que le provocaba estos fuertes dolores, pero al llegar cual fue la sorpresa de la familia cuando descubrieron que lo que ellos pensaban que era un simple dolor de estómago eran dolores de parto.
Finalmente la pequeña tuvo a su hijo de manera natural y no tuvo que pasar por el quirófano.
El embarazo en la infancia y la adolescencia
Si bien casos como este nos estremecen, los embarazos en la adolescencia son una realidad que está presente en nuestra sociedad. Según la OMS, cerca de 16 millones de chicas de 15 a19 años y aproximadamente 1 millón de niñas menores de 15 años da a luz anualmente.
Además a estos datos hay que añadir que unos 3 millones de chicas de entre 15 a 19 años se someten a abortos en condiciones poco seguras y que ponen en peligro su salud.
Riesgos para la salud
Los embarazos a edades tan tempranas conllevan riesgos para la salud que no se pueden pasar por alto. Estos embarazos son embarazos de riesgo, que no han sido controlados y pueden derivar en complicaciones extremas. Constituyen la segunda causa de muerte entre las chicas con edades comprendidas entre 15 y 19 años a nivel mundial. En España, unas 100 menores de 15 años dan a la luz cada año.
Este riesgo no es sólo para las madres, también es para los bebés. Si se atiende a las estadísticas registradas en los países con ingresos bajos se puede ver que las madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo de hasta un 50% de mortalidad prenatal superior que los bebés que han nacido de madres con edades comprendidas entre 20 y 29 años.
Además de los riesgos de la mortalidad prenatal estos pequeños también presentan una mayor probabilidad de registrar bajo peso al nacer u otras complicaciones derivadas de una falta de adecuado control prenatal.
Riesgos psicológicos
Uno de los principales conflictos a los que las niñas y adolescentes plantan cara es ¿sigo o no adelante con el embarazo? Así, se genera en torno a la joven una situación de ansiedad muy grande que afecta obviamente al bebé.
Las depresiones son bastante habituales: no saber si podrán ocuparse del bebé, el miedo al futuro incierto, tener que dejar de estudiar, la relación con el padre del bebé... son muchos los factores que pueden poner en peligro la situación anímica de la madre.
Desorientación: siguen siendo niñas. No saben cómo se desarrollará el embarazo, ni el parto. No son conscientes de cómo cambiará su cuerpo y mucho menos su vida. Todo esto hace que no entiendan con claridad su nueva situación.
Conflictos familiares: cuando la familia esté al tanto de la noticia probablemente se disguste por la temprana edad del embarazo lo que dará lugar a discusiones y conflictos aumentando aún más la ansiedad de la pequeña.
Este tipo de embarazos acumulan demasiados riesgos y pocos beneficios, tanto para la madre como para el bebé, así que conviene analizar qué esta ocurriendo para que esta situación cada vez acapare más titulares.
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