Estos son los seis hábitos clave para preservar la memoria avalados por la ciencia

Estos son los seis hábitos clave para preservar la memoria avalados por la ciencia
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Al igual que sucede con el resto del cuerpo, el cerebro también sufre deterioro como consecuencia del paso del tiempo y una de las principales señales es la pérdida de memoria, motivo frecuente de consulta médica, especialmente entre los adultos mayores de cincuenta. Desde pequeños despistes como olvidar dónde has dejado las gafas, hasta otros más importantes como olvidar el cumpleaños o el nombre de un ser querido.

¿Pero, hay forma de evitarlo? ¿Qué podemos hacer nosotros por detener ese deterioro de la memoria? Como sucede con otros aspectos de nuestra salud, seguir hábitos saludables contribuye a preservar el deterioro cognitivo, y con ello, también la memoria.

Seis hábitos saludables respaldados por la ciencia para evitar la pérdida de memoria

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Un gran estudio publicado en The BMJ que siguió a casi 30.000 personas en China mayores de 60 años durante 10 años, concluyó que un estilo de vida saludable se asocia con un deterioro más lento de la memoria.

Los investigadores analizaron seis factores, respaldados por la ciencia, para preservar la memoria y evitar la demencia a medida que envejecemos.

1) Una dieta saludable: seguir una dieta variada que incluya al menos entre siete y doce grupos de alimentos como: frutas, verduras, pescado, carne, lácteos, sal, aceite, huevos, cereales, legumbres, frutos secos y té.

2) Ejercicio regular: al menos 150 minutos de actividad moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana.

3) Contacto social regular con otras personas: visitar amigos o familiares, asistir a reuniones o tener conversaciones en línea al menos dos veces por semana.

4) Actividades cognitivas: jugar juegos (como cartas o mahjong), leer y escribir al menos dos veces por semana.

5) Abstenerse de fumar: no haber fumado nunca o haber dejado de fumar hace al menos tres años.

6) Abstenerse de beber alcohol: no haber bebido nunca o beber alcohol muy ocasionalmente.

Los investigadores clasificaron a los participantes en tres grupos:

  • Grupo favorable: las personas que siguieron de cuatro a seis de estos hábitos
  • Grupo promedio: las personas que siguieron de dos a tres de estos hábitos.
  • Grupo desfavorable: las personas que no siguieron ninguno o solo uno de estos hábitos.

Tras un periodo de seguimiento de diez años realizando pruebas de memoria, los investigadores descubrieron que las personas que seguían hábitos más saludables tenían un deterioro de la memoria más lento que aquellos que no lo hacían.

En comparación con el grupo que tenía estilos de vida desfavorables, el deterioro de la memoria en el grupo de estilo de vida favorable fue 0,28 puntos más lento, y el deterioro de la memoria en el grupo de estilo de vida promedio fue 0,16 puntos más lento.

De los seis factores que analizó el estudio, los investigadores concluyeron que una dieta saludable es la que tiene el efecto más protector sobre la memoria, seguida de la actividad cognitiva y luego el ejercicio físico.

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