China es de nuevo el centro de un escándalo sanitario, que afecta esta vez lactantes, dos de los cuales murieron en los meses pasados. Hoy se acepta que 1.200 bebés cayeron enfermos para haber consumido leche adulterada según declaró ayer el Viceministro de Salud, Mi Shaowei.
Más de 10.000 niños pudieron consumir el leche en polvo envenenada, lo que indica un un drama sanitario sin precedentes. Se ha confirmado oficialmente la muerte de dos lactantes, el 22 de julio y el 1 de mayo, lo que deja pensar que la contaminación no es reciente.
El grupo Sanlu, que produce la leche "incriminada", anunció públicamente el lunes que estas partidas han " han afectado a numerosos bebés y a sus familias" y ha declarado su pesar por esta horrible situación.
Algunos comentaristas indican que las autoridades chinas han tratado de ocultar el asunto. En el centro de este drama alimentario se encuentra la provincia rural del Gansu, lugar de procedencia de los dos bebés que han muerto y donde el número de lactantes enfermos se ha cuadruplicado en algunos días.
Los niños enfermos sufren en su mayoría de cálculos renales, un problema de salud que sólo afecta generalmente a los adultos. La leche de Sanlu, es muy atractiva en zona rural debido a su escaso precio, parece ser que se adulteró con melamina, producto químico utilizado en la fabricación de plástico, pegamentos o resinas sintéticas, a fin de parecer más rica en proteínas. La compañía productora ha abierto una investigación, pero declara que el envenenamiento no pudo producirse ni en la fabricación ni en la parte de venta y distribución que les compete.
Las madres en China prefieren en su mayoría alimentar a los bebés con leche artificial, ya que el mercado laboral impide la lactancia materna y además, las campañas publicitarias son sumamente criticables, convenciendo a las madres de la idoneidad de estos productos para la alimentación.
Via | Yahoo France