En el hospital San José de Lisboa se ha producido un milagro científico que ha conmocionado a todos. Un caso que demuestra que la vida se abre paso a pesar de las más duras condiciones.
Una mujer de 37 años murió el 20 de febrero embarazada de su segundo hijo debido a una hemorragia intracraneal. Su cuerpo fue mantenido con vida artificial para que pudiera funcionar como una incubadora humana para el bebé, que nació a las 32 semanas de gestación, 55 días después de haber muerto su madre.
Al barajar las posibilidades, la Comisión de Ética del hospital decidió junto a la familia de la madre, continuar con el embarazo manteniendo las funciones básicas de la mujer hasta que el bebé fuera capaz de sobrevivir fuera del útero, teniendo en cuenta la buena salud que mostraba.
Durante el tiempo en la madre ha estado con muerte cerebral, su cuerpo fue alimentado hormonal y nutricionalmente, “con sustancias existentes en el organismo humano en condiciones normales”, según la obstetra que participó en el proceso.
La niña nació por cesárea con 32 semanas de gestación y pesó 2,350 kilos, un peso ligeramente por encima de lo habitual a esa edad gestacional.
Aunque todas las pruebas médicas y ecografías han sido favorables y no hay secuelas importantes en el bebé, de momento no se ven lesiones pero los médicos tampoco pueden asegurar que no exista daño cerebral. Cuando cumpla 40 o 42 semanas se le hará una resonancia magnética cerebral para confirmarlo.
¿Mantenerla o no con vida? El debate ético
"Después de recibir el dictamen del Comité de Ética y del Hospital de Lisboa, la dirección decidió de manera concertada con la familia de la madre y el padre del niño, el mantenimiento del embarazo hasta las 32 semanas con el fin de garantizar la viabilidad del feto”, comunicó el hospital en la tarde del martes.
Se designó un consejo científico integrado por un representante de las asociaciones de médicos, uno del Comité de Ética, un equipo de cuidado obstétrico y otro de intensivistas para vigilar todo el proceso.
Un caso que plantea un debate ético puesto que si el padre o ningún familiar se hicieran cargo del niño, ¿qué hacer con esa vida? En este caso no ha sido así, pero de haber sido rechazado por la familia, el ministerio fiscal estaba preparado para asumir la tutela legal de la niña.
Ha habido más casos similares, el más reciente en Polonia, donde casulamente también se mantuvo el cuerpo de la madre durante el mismo periodo de tiempo, 55 días. También ha habido un caso en nuestro país, en Gijón, donde nació un bebé a las 29 semanas de gestación casi dos meses después que su madre muriera.
Vía | El País
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