Es posible, si alguna vez habéis dicho a alguien que estáis barajando la posibilidad de dar a luz en casa, que os hayan respondido algo así: "¿Estás loca? ¿Es que no te has enterado de que hace poco murió la defensora de los partos en casa mientras daba a luz?".
Y es que a pesar de que Caroline Lovell falleció hace cuatro años, siempre es "hace poco", y por eso se dice que ha muerto cientos de veces, sino miles. Pues bien, su caso es conocido y sonado y lo curioso es que no se tenía claro por qué murió hasta que ahora el forense por fin ha arrojado luz en el caso: ya sabemos por qué murió dando a luz la defensora del parto en casa que ha muerto cientos de veces.
Caroline padeció una hemorragia que nadie supo ver
Ya en marzo os comentamos que la hipótesis más plausible barajaba la posibilidad de que todo fuera por culpa de una hemorragia.
Ahora el forense encargado del caso lo ha confirmado: Caroline Lovell, una defensora del parto en casa (que no "la defensora de los partos en casa") que luchó para conseguir que las mujeres pudieran escoger si ir al hospital o parir en sus hogares, con las mismas profesionales, falleció porque sufrió una hemorragia.
Al parecer, después de dar a luz en la bañera, la matrona que la atendió, Gaye Demanuele, le dio a su bebé para que estuviera con ella, en sus brazos, y permanecieran juntos el tiempo que hiciera falta. Ese tiempo fue en el agua, en la bañera donde había sucedido todo, en las mismas condiciones en que parió: una habitación con poca luz.
Y precisamente por estar en condiciones de baja luz, en el agua, ni la matrona ni ella se dieron cuenta de que se estaba desangrando.
Cuando una hora después quiso ponerse de pie se desmayó. Al recobrar el sentido pidió que llamaran a una ambulancia, porque se encontraba muy mal... pero la matrona no lo hizo y consideró mejor darle una dosis de rescate de un remedio homeopático para la ansiedad.
Un rato después volvió a perder el conocimiento, pero esta vez ya por la parada cardíaca. La matrona inició las maniobras de reanimación, avisaron a la ambulancia y aunque fue trasladada al hospital, 12 horas después falleció.
Si hubiera encendido la luz...
El forense sugiere que todo habría sido muy diferente si la matrona hubiera encendido la luz. Si la hubiera encendido o si hubiera hecho salir a la madre para revisarla fuera del agua. O si hubiera tenido en cuenta que ya en el anterior parto había sufrido hemorragia y no solo hubiera pensado en la posibilidad de que le volviera a suceder, sino que hubiera tomado medidas para evitarlo.
¿Qué medidas? Pues las mismas que se llevan a cabo en un hospital cuando hay una hemorragia, o cuando se pretende evitarla: se administra oxitocina para que se contraiga el útero, se hace masaje uterino con el mismo fin o incluso se extrae manualmente la placenta para evitar que siga habiendo sangrado. Podría haber hecho todo esto y luego, de ser necesario, trasladarla al hospital, y Lovell no habría muerto.
Y si no hubiera tirado el agua...
Cuatro años desde la muerte y es ahora cuando sabemos la verdad, todo porque estando ella ya en el hospital, Gaye Demanuele volvió al domicilio y vació la bañera. Tiró el agua, y tiró la sangre, y así nunca pudo evidenciarse la cantidad de sangre que había perdido. Por culpa de ello, durante tanto tiempo, la gente ha utilizado la muerte de Caroline Lovell para dar fuerza al discurso contrario al parto en casa.
Ahora que ya se sabe la verdad, y que sabemos que estaría viva si hubiera recibido la atención correcta, nadie podrá seguir hablando de ella con ese fin. Que hagan uso de otros argumentos para defender el parto hospitalario, que los hay, de igual modo que hay argumentos para defender el parto en casa, pero que dejen descansar, de una vez por todas, el nombre de esta mujer, que lo único que hizo fue intentar tener un parto en el que se sintiera escuchada, respetada y bien tratada.
Vía | SMH
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