Está claro que existe una irresistible atracción por el rollo de papel higiénico, que obnubila a los niños. Nos llega esta fotografía de Íñigo, un niño de 13 meses que nos muestra su última trastada, envuelto en papel higiénico.
Nos cuenta su madre Raquel que Íñigo trastea mucho en los cuartos de baño. También juega con el agua del inodoro (otra de las atracciones para los niños), con el agua del bidé, la escobilla del váter, los botecitos del armario y, cómo no, el rollo de papel higiénico.
Aun así, su mamá nunca le cierra la puerta:
porque son sus momentos de exploración, tan válidos para mí (y para él, que es lo importante) como cuando juega con bloques o pinta garabatos.
Me siento muy identificada con esta experiencia porque mi hija pequeña, un poquito mayor que Íñigo, está en la misma etapa y no hay rincón del cuarto de baño que no le atraiga y explore. Otra forma más de aprender... aunque nos cueste unos cuantos metros de papel higiénico (un consejo, después este papel se puede aprovechar aunque sea para limpiar el espejo o sonarse la nariz).
Os recordamos que si guardáis algún documento gráfico de vuestros hijos disfrutando de cualquier otra trastada, podéis contactar con nosotros a través de la dirección de e-mail historiasdepadres@bebesymas.com y enviar una o más fotos del momento para aparecer en "La última trastada de mi hijo".
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