Como sabéis, se acerca el Día de la Madre y con este motivo desde Bebés y más hemos querido invitar a diversas mamás blogueras para homenajearlas en su día, y a través de ellas, a todas las madres.
Queremos conocer de una forma más cercana a aquellas mujeres y madres que hay detrás de cada blog, y hoy nuestra invitada es Carmen, autora de La Gallina Pintadita, que ha llevado entre otras cosas a que muchos la llamen de forma cariñosa Gallina, Gallinita o Galli.
Tiene 36 o 37 años (nos cuenta que no se acuerda nunca) y un hijo de casi cinco años, David, su pollito. Licenciada en Bellas Artes, en la especialidad de Restauración de obras de arte, casada con el amor de toda la vida (nada menos que 20 años juntos, y felices).
En la actualidad es Consultora de My Little Book Box en Sevilla y freelance para un nuevo blog que aún se está gestando. Empezó con una tienda de productos infantiles online que hoy ya no funciona.
A Carmen le encanta pasar tiempo en familia y con amigos, el ocio educativo, los cuentacuentos, talleres, teatro... Actividades donde pueda disfrutar y enriquecerse junta toda la familia. Es una apasionada de la literatura infantil y a ella también les dedica un espacio muy importante en su blog.
¿Qué te llevó a comenzar un blog?
Llegué a los blogs de casualidad, saltando de página en página, pasando el tiempo buscando productos interesantes para mi tienda de productos infantiles. Decoración infantil, ropa, juguetes, cosas bonitas, niños, niños, niños. Rápidamente llegué a los blogs maternales, esos en los que mujeres normales y corrientes, como yo, contaban sus experiencias, hablaban de partos, de lactancia, colecho, porteo, crianza...
Tuve claro que por el negocio necesitaba abrir un blog, que era un escaparate para mis actículos que no podía desaprovechar, pero sobre todo, sentí la necesidad de expresarme libremente.
El blog nació de forma paralela a la tienda, como forma de dar a conocer los productos que ofrecía, además de mi experiencia como madre, nuestro crecimiento mutuo. Una forma de comunicarme con otras mamás con experiencias similares o contrarias, para deshagogarme, reflexionar, compartir, divertirme, aprender...
¿Qué te ha aportado el blog?
Para mí el blog es una parte muy importante de mi vida. Gracias a él he conocido a muchísima gente, he hecho grandes amigas a las que adoro. Escribir es una terapia para mí, una forma de liberarme de lo que siento. Si estoy feliz, si meto la pata hasta el fondo, si hay algo que me molesta, si nos lo pasamos bomba un fin de semana...
Es un canal de intercambio de cariño. Me llega el de mucha gente y también le llega el mío a otra tanta. Es sentirse parte de una comunidad de personas que viven una etapa de su vida de forma parecida a la tuya, de no sentirte sola, ni un bicho raro. Es una forma de normalizar tus sentimientos y experiencias. Así me sentí a partir de los 20 meses de mi pollito, liberada por poder expresarme.
Escribrir nuestro día a día, nuestras etapas, me ayuda a recordarlas, a grabarlas en mi memoria y oye, si falla, como tantas veces, ahí está el blog para recordármelo, como un diario.
Gracias a él he aprendido y sigo aprendiendo miles de cosas. Eso de "si no sabes hacer algo encárgalo" no va mucho conmigo; soy más bien de "échale horas, pero hazlo tu", así aprendo un poco de todo a unque duerma un poco menos de lo que necesito. Nunca mecanografié tan rápido.
¿En qué te ha cambiado la maternidad?
Yo no quería tener hijos, ahora él es el centro de mi mundo. Lo ha cambiado TODO. Nunca quise ser madre. No quería ser responsable de un ser para toda la vida. Me quedé embarazada. Pensaba que mi vida no debía cambiar por eso.
Los meses de embarazo fueron pasando, leyendo, informándome. Desde el principio tuve claro que la lactancia materna sería lo mejor para mi hijo. Leí el "Duérmete niño" y lo tuve claro: así no.
Pasé de "cuanto antes a su habitación" a "si yo duermo acompañada y soy adulta porqué tendría que hacerlo él que está tan desvalido". Mi instinto me decía que debía seguirlo, hacer lo que me dictara el corazón, pero a la vez, las imposiciones culturales pesaban mucho, demasiado.
Después de nacer David, poquito a poco, el instinto se fue haciendo más fuerte, cada vez viviendo la maternidad más como la sentía. Establecimos la lactacia tras muchas dificultades, muchos llantos, muchas dudas. Se convirtío en algo maravilloso (lo sigue siendo).
"Tengo claro que vivo la maternidad y mi vida en general como quiero, como nos hace feliz a todos los miembros de mi familia y eso es lo importante"
En muy poco tiempo mi marido y yo sentimos que ahora era SU ahora, el de nuestro hijo. Ahí estábamos nosotros para él. Yo era su sustento, no sólo a nivel físico, con el pecho, también a nivel emocional. Mi marido era (es) el complemento perfecto, el que hace posiblie que todo funcione.
Muchas, muchas horas de no hacer nada más que darle el pecho, de ser su colchón, su almohada. Terminamos por colechar, por portear, por vivir la vida en torno a él, así éramos, somos, felices. Si antes no me importaba mucho lo que la gente pensara, ahora aún menos.
¿Cómo tiene que ser un libro para que los niños amen la lectura?
No creo que exista UN libro mágico. Creo que hay una labor de siembra que en un momento dará sus frutos. Depende de cada niño, de cada edad, de cada momento. Sí es importante que el libro sea adecuado a ellos, a su edad y a su momento.
Creo que lo fundamental para que los niños amen la lectura no es tanto el libro en sí como el momento compartido con sus padres y la forma en la que lo hacen. Si los padres viven el momento a la vez que ellos, si se ponen a su nivel, si se sienten niño, si lo disfrutan tanto como ellos, entonces es un buen libro, al menos para mí lo es.
Desde luego, unos libros propician más que otros que estos momentos sean placenteros para ambos. Para mí, las ilustraciones son tan importante como el texto, por eso adoro los álbumes ilustrados. Esa conjunción de texto e imágenes, esa lectura a través de las líneas y los colores, ese apoyar el texto, enriquecerlo, llevarlo más allá... Mágico.
¿Qué esperas de un Día de la madre “ideal”?
No soy nada de "Día de" ni de ideales. Me basta con que sea un día más con ellos. Pero si hay que pedir, pidamos: que la casa esté recogida, la comida hecha, que no haya plancha pendiente ni las diez mil tareas pendientes que tengo en la agenda...
Y que nosotros juntos podamos dedicarnos a hacer lo que verdaderamente nos plazca, sin prisas, sin tiempos y si en vez de durar 24 horas dura 48 o 72 mejor aún, si para colmo es un cálido y soleado día de playa mejor aún y si de repente peso 20 kilos menos, ya sería rizar el rizo. Ay ay, ay... que me pongo a pedir y no paro, porque lo que se dice esperar, no espero nada más que ser felices.
Nosotros también esperamos que lo sean y agradecemos que Carmen de La Gallina Pintadita haya sido tan amable de compartir sus respuestas con todos. Mañana, una nueva entrevista en nuestro Especial Mamás Blogueras en Bebés y más, ¡no os la perdáis!
Más información | La Gallina Pintadita