Todos necesitamos de este mineral, pero la importancia del calcio en la alimentación de nuestros hijos es vital para fortalecer sus huesos en plena etapa de crecimiento.
Además de ser imprescindible para la osificación del esqueleto (proceso que dura hasta los 20 años), el calcio tiene otras funciones como intervenir en la coagulación de la sangre, en la contracción de los músculos y en la transmisión de impulsos nerviosos.
El calcio no sólo está en la leche. La clave es una alimentación equilibrada, porque hay muchos alimentos que lo contienen. Por supuesto, se encuentra en los derivados de la leche como el yogur o el queso, pero hay otros que no tenemos tan en cuenta como los garbanzos, los frutos secos, el brócoli, las acelgas, los higos y los cereales. Los huesos también se fortalecen haciendo ejercicio. Practicar deportes, correr, saltar o bailar, contribuye al crecimiento. Además, necesita de la vitamina D presente, por ejemplo, en la yema de huevo o los aceites para que el calcio sea asimilado por nuestro organismo. También la luz solar es necesaria, pues ayuda a convertir algunos alimentos en ésta vitamina.
¿Cuál es la cantidad de calcio necesaria? Hasta los 6 meses 210 mg, de 6 a 12 meses 270 mg, de 1 a 3 años 500 mg y de 4 a 8 años 800 mg.
No pasa nada si tu hijo no bebe 1 litro de leche al día, lo importante es que esa cantidad de calcio sea suplida con otros alimentos. Algunas alternativas a la leche pueden ser: hacer batidos de fruta con un poco de leche, beber zumos fortalecidos con calcio, arroz con leche o flan casero o agregar queso rallado en pastas, guisos y sopas.
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