Muchos padres utilizan un moisés durante las primeras semanas de vida del niño como paso previo a la cuna y para que el bebé pueda dormir por la noche con ellos en la habitación. De todos modos, hay que tener en cuenta que los bebés crecen muy deprisa, por lo que un moisés que parece suficientemente grande para un niño de pocas semanas puede quedar pequeño cuando cumpla dos meses.
Para darle al moisés un uso más seguro y prolongado, y por razones de seguridad, atiende a los siguientes aspectos antes de efectuar la compra:
El fondo del moisés debe estar bien sujeto para que no pueda desplomarse.
Debe tener una base amplia y ser muy estable para que no pueda ladearse aunque alguien se tropiece con él.
Si tiene patas plegables, asegúrate de que estén correctamente fijadas antes de colocar al bebé.
El colchón debe ser firme y ajustarse perfectamente al diseño elegido.
La superficie de descanso debe ser regular, sin relieves ni herrajes que puedan lastimar al bebé.
Mi opinión es que a menos que te sobre el dinero o que alguien te lo regale, no hace falta que te preocupes por adquirir un moisés. Enseguida le quedará pequeño a tu bebé; una cuna, preferentemente una funcional, le servirá a tu hijo por más tiempo.
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