Cuando leí esa noticia que nos hablaba de una directora de Instituto de Secundaria en una población de l'Alt Empordà (Cataluña), que había denunciado a cinco de sus alumnos por ciberacoso, pensé "esa es la actitud correcta, es necesario que las personas valientes y comprometidas actúen frente a este tipo de hechos".
En sólo 12 días, se habían colgado en dos redes sociales comentarios desagradables, calumnias, intimidades y cotilleos que dañaban a unos 30 alumnos; unos fueron los precursores, otros se limitaban a reproducir los contenidos y reenviarlos, podemos considerar que son colaboradores. Carme Barceló está convencida de que el IES debía intervenir, aunque los hechos hubieran sucedido fuera de las clases, puesto que son alumnos del centro que estaban acosando a otros, y al final estos comportamientos acaban repercutiendo en toda la comunidad educativa.
La necesaria intervención del Instituto
El daño estaba hecho, y algunos de los afectados hablaron con la directora del Instituto a explicar lo que estaba sucediendo, sin pensarlo dos veces Carme pasó a la acción. Tras escribir en su propio muro su intención de anteponer una denuncia porque se había faltado el honor a otros menores, explicó el caso a los Mossos d'Esquadra y la Policía Local, y - por último - organizó una charla sobre valores, durante la cual los alumnos vieron el vídeo de Amanda Todd relatando su terrible experiencia como víctima de acoso, y antes de suicidarse.
A esta charla asistió también miembros de los cuerpos de policía mencionados, quienes les hablaron sobre las consecuencias legales de determinados actos en Internet, y acerca del perfil de los alumnos acosadores
Parece ser que al poco tiempo, cinco de los alumnos del centro le confesaron la autoría de los hechos, y se espera que aunque familiares de agresores y víctimas se conozcan, no acaben denunciándose entre ellos; de hecho se van aplicar medidas disciplinarias según el Reglamento Interno del Centro, al margen de la tramitación de la denuncia a la policía. Pero se quieren evitar interferencias externas a fin de que la identidad de los niños (entre 13 y 16 años) no trascienda.
Ahora se sabe quienes fueron los precursores, aunque no aquellos que colaboraron en difundir las agresiones, y sea cual sea el motivo que ha llevado a estos niños a actuar de esa forma, se espera que los hechos no vuelvan a repetirse en la población.
Daño moral y consecuencias legales
Encontramos en la Guía de Ciberbullying de la Comunidad de Madrid, que consciente o inconscientemente, los adolescentes realizan acciones en Internet, que constituyen conductas tipificadas por el Código Penal. Y estas acciones causan daño, con mayor o menor impacto social, pero sobre todo "daño" a las víctimas individuales.
Amenazas (y coacciones), calumnias e injurias, delitos contra la intimidad, y uso de datos personales, son denunciables, también si ocurren a través de la red. Es por lo tanto importante que los menores sepan que Internet no otorga anonimato, y que la buena convivencia social, pasa por tener un comportamiento socialmente adecuado, en nuestras relaciones por Internet.
En mi opinión, Carme Barceló es un ejemplo a seguir, porque lejos de intentar ocultar unos hechos que van contra la dignidad de los alumnos, o de ningunear a las víctimas, ha actuado de frente, con valentía y responsabilidad. Por que - al fin y al cabo - es la máxima garante del bienestar de los alumnos mientras están en el centro, y lo mínimo que esperamos los padres es que en el colegio de nuestros hijos sepan protegerles.
Imágenes | Brad Flickinger, B Hartford J Strong Vía | El Periódico En Peques y Más | Cuando no se tiene apego a valores claves para la convivencia, aumentan los comportamientos abusivos en Internet, Consejos para proteger a nuestros hijos del ciberacoso y el grooming, Educa a tus hijos en la utilización saludable de Internet: no permitas que tu desconocimiento sea su fuente de problemas