Una de las cuestiones que más preocupa a las futuras mamás es el dolor que sentirán en el parto. Desde la “maldición” bíblica parirás con dolor los rayos y centellas parecen cernirse sobre nuestros vientres. Sin embargo, el dolor del parto puede ser tan intenso que difícilmente sea descrito haciéndole justicia o tan leve que apenas la mujer se da cuenta de que está dando a luz.
Por ello es difícil de describir, y recurrimos en muchos casos a comparaciones con otros dolores. Vosotras, ¿cómo describiríais el dolor del parto? He escuchado comparaciones (de igualdad, superioridad o inferioridad) referidas a los siguientes dolores: dolor de muelas, regla intensa, retortijones…
Posiblemente los más frecuentes son los dolores de vientre y de riñones, los temidos “partos de riñones”. La mayor fase de dolor suele coincidir con la dilatación activa, y a ello contribuye en muchas ocasiones nuestra postura forzada o no tener libertad de movimientos para colocarnos en posiciones más cómodas que alivien de forma natural el dolor.
En mi caso concreto, puedo decir que ha habido cierta diferencia para cada uno de mis partos. El primero fue inducido y, al contrario de lo que se suele decir, las contracciones fueron menos dolorosas que en mi segundo parto que se desencadenó naturalmente. Pero tanto para el primero como para el segundo hablaría de dolores de regla intensos (y retortijones más leves al principio).
Eso sí, también he de decir que decidí ambas veces ponerme la anestesia epidural aproximadamente a los 6 centímetros de dilatación, con lo que, aun sin perder sensibilidad, los dolores disminuyeron considerablemente.
Hasta entonces, ¿era el dolor soportable? Sí. ¿Hay algo que me haya dolido más en mi vida? Sí, he llorado de dolor en alguna ocasión (relacionadas con embarazo y parto también) debido a las hemorroides.
Por otro lado, recordemos que gran parte del dolor es subjetivo, esto es, la sensación dolorosa también la fabricamos a partir de nuestra experiencia y nuestras expectativas, independientemente del efecto real que un episodio doloroso tenga sobre el cuerpo. Y por ello el dolor puede ser atenuado con pensamientos positivos, relajación y otras técnicas no farmacológicas.
Y si a ello sumamos que hay especialistas que aseguran que el dolor en el parto sería beneficioso, posiblemente iríamos más tranquilas al parto y la sensación de dolor sería menor. Todas sabemos de mamás que parieron sin anestesia pero más o menos relajadamente y sin los alaridos ni sangrías a los que nos tienen acostumbrados las películas.
También es cierto que muchas mujeres ya no recordarán el dolor en el parto y todas creo que revivimos el momento con la satisfacción de haber traído al mundo a nuestras pequeñas joyas.
No obstante, para las que ya habéis pasado por ello, y con ánimo de ser realistas y detallar cómo lo vivimos, ¿con qué comparáis el dolor del parto?
Fotos | Migraine Chick y e v e n en Flick-CC
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