Se acerca el momento del nacimiento de tu bebé y puede que surja la idea de grabar para siempre un recuerdo de ese día. Muchas parejas se plantean si hacer o no un vídeo del parto.
Lo cierto es que es una decisión muy personal que hay que valorar a conciencia. Es una experiencia muy bonita, casi siempre, pero a la vez muy íntima, comparable tal vez a una escena de sexo. Puede resultar emocionante tener inmortalizada una vivencia tan intensa, pero hay varias cosas a tener en cuenta antes de tomar una determinación.
Lo primero que hay que saber es si permiten grabar el parto en el centro donde vayáis a dar a luz. En muchos no lo permiten y en algunos sólo permiten a la pareja estar detrás de la mujer y no delante por lo que las tomas serían solamente de ese ángulo. Por otro lado, no sé si muchos hombres se atreverían a estar “del otro lado”.
Por supuesto, la madre debe estar de acuerdo y tiene que ser algo que hayáis hablado antes del parto. A nadie le gustaría en pleno trabajo de parto llevarse la sorpresa de estar siendo grabado. Además, en ese momento es fundamental el apoyo de la pareja y estar ambos centrados en lo verdaderamente importante: el nacimiento de vuestro hijo.
Yo nunca me lo he planteado, la verdad, como tampoco hacer fotos del momento del parto. Las primeras imágenes que capturamos fueron las del bebé con apenas un par de horas de vida, pero no del proceso de nacimiento. Aún así, recuerdo perfectamente cada uno de mis tres partos y quedarán grabados para siempre en mi recuerdo.
Por qué hacer un vídeo del parto
A algunas parejas les hace mucha ilusión. Puede ser un recuerdo muy bonito para los padres y también para el bebé. Cuando sea mayor tendrá el privilegio de conocer cómo ha venido al mundo, algo de lo que no muchos pueden presumir.
Si habéis decidido hacer un vídeo del parto, es recomendable ver previamente algunos vídeos en internet para daros una idea de cómo hacerlo, qué hacer y que no hacer en las tomas.
Si lo grabáis, otra decisión importante es con quiénes compartir luego la grabación. Es muy distinto al vídeo de la boda que se comparte alegremente con familiares y amigos.
Por qué no hacer un vídeo del parto
Lo principal es atender al deseo de la embarazada, hay muchas mujeres que simplemente por pudor no lo harían.
Una de las razones más extendidas es que la persona que graba, casi siempre el padre, estará más pendiente de hacer el vídeo que de dar apoyo a la madre en un momento tan especial. Por más que se pueda revivir una y otra vez gracias a la grabación, las sensaciones de ese momento son únicas e irrepetibles.
Está la posibilidad de colocar un trípode y dejar la cámara estática, si es que está permitido. Probablemente la calidad no sea la misma, pero es una alternativa válida.
Otro factor a tener en cuenta es que en un parto se ve sangre, fluidos, puede haber episiotomía, desgarros… en fin, imágenes que probablemente para algunos no sean demasiado agradables de ver. También hay que contemplar la posibilidad de que algo no vaya bien y eso también quedará plasmado. Lo más seguro es que tampoco sea agradable de recordar.
Muchos prefieren tener grabado ese momento en su recuerdo más íntimo y no en un vídeo.
Un consejo si todavía no lo tenéis decidido es ver vídeos de parto que podéis encontrar en la red e imaginaros si os gustaría ser los protagonistas de esas imágenes. Aquí os dejo un par para ir abriendo boca.
En conclusión, puede que algunos de vosotros ni siquiera os lo planteéis, pero si estáis pensado en hacer o no un vídeo del parto, tened en cuenta que es una decisión que debéis tomar entre los dos, evaluando pros y contras, pero sobre todo valorando las emociones por encima de todo. Puede ser un recuerdo muy bonito de tener pero no debería empañar un momento tan especial para vosotros y para el bebé.
¿Os habéis planteado hacer un vídeo del parto?, ¿Lo habéis hecho? Nos encantaría que nos contárais vuestras experiencias.
Foto | JVCAmerica en Flickr