Hace unos días hablamos en Bebés y más de una intervención en los procesos de parto llamada tacto vaginal, que si bien aporta información muy válida para valorar el momento del parto en que se encuentra la mujer, su uso debería estar limitado por tratarse de una maniobra que puede ser molesta, dolorosa y que puede “alterar” la evolución psicológica natural de la mujer y por lo tanto frenar el desarrollo normal del parto.
Una alternativa a los tactos, aunque cuenta con poca evidencia científica, parece ser la observación de la línea púrpura. Se trata de una línea que asciende desde el ano hasta la rabadilla a medida que va progresando la dilatación.
Cuando la mujer está de unos dos centímetros se aprecia un poco de raya violeta que asciende desde el ano. En el momento que está de cuatro o cinco la línea está aproximadamente a mitad de camino y en el momento de dilatación completa la línea, que mide unos 10 cm., se aprecia entera. Esto es desde el ano hasta el dorso de las nalgas (el punto justo por debajo de la articulacion sacrococcigea más conocida como rabadilla).
La posición idónea para su observación es estando la mujer a cuatro patas o agachada. En Inglaterra este método es aplicado por las comadronas independientes que asisten partos a domicilio. A menudo realizan tanto tactos como observación de la línea púrpura, aunque cada vez realizan menos tactos.
Lo más recomendable es que el proceso de dilatación sea en casa por razones obvias de tranquilidad, de entorno conocido, de temperatura agradable, de la posibilidad de estar con quien quieras, donde quieras, como quieras y escuchar la música que prefieras, la línea púrpura puede ser un buen “termómetro” para los maridos.
En febrero, si toda va bien, nacerá mi segundo hijo. Pronto empezaré a decirle a mi mujer que me enseñe la zona donde irá su línea púrpura para irme acostumbrando al “nivel 0” de línea y tenerlo como referencia.
De esta manera sabremos cómo va la dilatación y si es un buen momento para acudir al hospital.
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