Siembra vaginal: ¿puede ayudar a tu bebé si ha nacido por cesárea?

Siembra vaginal: ¿puede ayudar a tu bebé si ha nacido por cesárea?
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¿Los bebés que nacen por cesárea deberían recibir un frotis de microbios de la vagina de la madre en la boca, la nariz o la piel al poco de nacer? Esta polémica tendencia sobre el embarazo se conoce como "siembra vaginal" o "microparto" y la idea es que los bebés tengan más defensas contra las enfermedades.

El motivo de esta práctica es que los bebés nacidos por cesárea tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud en el futuro, como pueden ser las alergias o el asma. Puede que se deba a que los bebés nacidos por cesárea no están expuestos a los tipos de microbios maternos que pueden influir positivamente en sus débiles sistemas inmunitarios, a diferencia del parto vaginal.

Trabajo como inmunóloga y me dedico al estudio de los microbiomas del intestino. También soy la directora científica del Centro Internacional del Microbioma en la Universidad de Calgary, en Canadá, donde investigamos el impacto de los billones de bacterias en el cuerpo humano que forman nuestro microbioma en enfermedades crónicas.

La siembra vaginal tiene sus ventajas y desventajas. Lo bueno es que podría proporcionar al bebé los microbiomas maternos que normalmente recibe en un parto vaginal. Lo malo es que podría transmitir al bebé bacterias que pueden ser patogénicas o perjudiciales.

Es necesario llevar a cabo muchas más investigaciones antes de aceptar la siembra vaginal. Teniendo en cuenta que no sabemos si un raspado vaginal podría contener algún tipo de patógeno, por lo que sería necesario analizar el microbioma materno.

La madre y el bebé comparten un vínculo microbiano

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El microbioma intestinal está formado por microbios, entre los que se incluyen bacterias, hongos y virus. El microbioma tiene muchas funciones, entre las que se incluyen ayudarnos a digerir la comida, protegernos contra enfermedades y regular la función inmunitaria.

Sabemos que los primeros 1.000 días de un bebé son críticos para su desarrollo y que la microbiota de un bebé se puede ver muy afectada por muchos factores, entre los que se incluyen si el parto ha sido vaginal o por cesárea.

Esto se debe a que la madre y el bebé comparten un vínculo microbiano que puede formarse incluso antes del parto. Un paso importante para el desarrollo de este vínculo se produce durante el parto cuando la piel, la nariz y la boca del bebé reciben microorganismos del cuerpo de la madre.

Esta conexión microbiana puede tener un impacto en el desarrollo durante la infancia e influir en el delicado equilibrio entre salud y enfermedad, aunque no se ha demostrado que las diferencias en el parto sean relevantes en la vida a largo plazo.

A los bebés nacidos por cesárea les faltan bacterias beneficiosas

[Un estudio reciente sobre el microbioma de los recién nacidos][10] mostraba signos de que los bebés que nacen por parto vaginal obtienen un microbioma diferente que los que nacen por cesárea. Esto podría ayudarnos a explicar por qué algunos niños no tienen un sistema inmunitario tan fuerte como otros niños.

A los bebés nacidos por cesárea en este estudio les faltaban cepas de bacterias comensales (buenas) que normalmente se encuentran en las personas sanas. También se descubrió que habían obtenido microbios perjudiciales que suelen estar presentes en el entorno hospitalario.

Las primeras bacterias que se introducen en un recién nacido deberían proceder del intestino y la vagina de la madre en vez de la piel o el entorno hospitalario, especialmente si tenemos en cuenta que las bacterias procedentes de los hospitales pueden ser una fuente no deseada de resistencia antimicrobiana.

Un estudio alarmante sobre la resistencia a los antimicrobianos en Canadá reciéntemente ponía en sobreaviso que se estima que el porcentaje de infecciones bacterianas resistentes a tratamiento crezca a un 40 por ciento para el año 2050 del 26 por ciento en 2018, algo que podría costar a Canadá 396.000 vidas y cientos de miles de millones de dólares.

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Dar el pecho es otra práctica que refuerza el microbioma del bebé.

Sin embargo, existen muchos factores a tener en cuenta y cambiar la exposición microbiana inicial es solamente una diferencia entre un parto natural y una cesárea. Existe un posible riesgo de que la siembra vaginal pueda transmitir infecciones como estreptococos del grupo B, VIH y clamidia.

También está claro que no todos los bebés nacidos por cesárea desarrollarán enfermedades en el futuro como alergias o asma.

Mejor dar el pecho

Se practicaron 104.349 partos por cesárea en Canadá entre los años 2017 y 2018, en comparación con los 103.000 casos del año anterior. El parto por cesárea se encuentra en lo más alto de los tipos de intervenciones quirúrgicas hospitalarias, por mucho que la tasa de natalidad vaya en descenso, según el Instituto Canadiense de Información Sanitaria.

No existen datos que muestren la magnitud de las prácticas relacionadas con la siembra vaginal en Canadá, aunque es una práctica conocida en Estados Unidos desde hace varios años.

En Estados Unidos, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos publicó una serie de recomendaciones en el año 2017 advirtiendo de los riesgos de esta práctica hasta que se haya estudiado más a fondo.

Tampoco recomendaría recurrir a la siembra vaginal (excepto en casos de investigación) hasta que tengamos más información sobre los efectos a largo plazo.

Si lo que deseas es fortalecer el microbioma de tu bebé, dar el pecho es una idea mejor.

Autora: Kathy McCoy, Profesora en la Facultad de Medicina Cumming, Universidad de Calgary.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí

Traducido por Silvestre Urbón

Fotos | iStockphoto
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