Ya vimos que lo común era que el cordón se desprendiera entre la segunda y la tercera semana de vida y que la cicatrización fuera normal, incluso aunque se diera un leve sangrado en el ombligo. Sin embargo, existen algunas situaciones que nos deben poner sobre aviso ante posibles complicaciones, ciertas anomalías en el ombligo del recién nacido.
La caída tardía del cordón umbilical
Si pasa un mes y el cordón no se ha caído, en ausencia de otras patologías, se podría pensar en un déficit de la adhesión de los neutrófilos, un tipo de glóbulos blancos. Hay que acudir al pediatra para que valore la situación y haga el diagnóstico adecuado.
La hernia umbilical
Si la cicatriz tras el corte del cordón no cierra bien, puede producirse la salida de un pequeño tramo del intestino a través del anillo umbilical produciendo una hernia umbilical, una protuberancia blanda que se puede ver alrededor del ombligo del bebé.
Se produce por un fallo o defecto en la pared del vientre (como un ojal) que permite la salida de esa porción del intestino. Puede ser mínima ("punta de hernia") o gigante (varios centímetros de diámetro y de prominencia o abultamiento). Se habla de "Onfalocele" si la hernia es grande y no está cubierta de piel sino de una fina capa transparente.
Onfalitis o infección del ombligo
Ya hemos hablado de la onfalitis o infección del ombligo del recién nacido, que se reconoce porque hay enrojecimiento y endurecimiento de la piel de alrededor del ombligo, acompañados de supuración o secreción sanguinolenta y maloliente.
Se produce rara vez, y suele ser leve, aunque pueden darse casos con complicaciones. Por eso hay que acudir al pediatra al menor signo de infección.
Granuloma umbilical
Otras veces, al caerse el cordón, en el fondo del ombligo queda un pequeño bulto rosado y brillante, similar a una cereza, llamado "granuloma". Se puede curar con aplicaciones de nitrato de plata, pero hemos de consultar primero con el pediatra (puede tratarse de otro tipo de enfermedad).
Ombligo cutáneo y probóscide
Otra de las anomalías del ombligo de la que os hemos hablado han sido los ombligos cutáneos y probóscides del recién nacido. Se da cuando se queda una porción de piel del cordón sobresaliendo. Si su tamaño es corto, suele desaparecer con el tiempo (ombligo cutáneo), pero si es largo y con forma de trompa (ombligo probóscide) puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
Estas son las anomalías más frecuentes en el omblgo del recién nacido, que han de ser valoradas y tratadas por los especialistas.
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