Hay una frase que me encanta, relacionada con la capacidad de los seres vivos de salir adelante, luchar y adaptarse que dice así: "La vida se abre paso". Es algo así como remarcar que la naturaleza es capaz de ser cambiante para seguir viva, y que los vivos son capaces de continuar a pesar de todos los impedimentos posibles.
Pensamos siempre que los bebés nacen muy incapaces de sobrevivir. Y bien, la realidad es que sin los padres u otros adultos que les cuiden poco tienen que hacer. Sin embargo, es sorprendente ver que nacen siendo ya capaces de buscar su propio alimento, reptando y moviéndose encima del cuerpo de su madre para cogerse de su pecho.
Esto es lo que captó la fotógrafa Leilani Rogers, una fotógrafa especializada en partos y lactancia de Austin, Texas, con una impresionante secuencia de fotos de una recién nacida reptando hasta el pecho de su madre.
Justo lo que los padres querían
Según nos explica Rogers, la fotógrafa, al hablar con los padres antes del parto, les preguntó sobre el momento del nacimiento de la bebé, sobre si había algún instante que consideraban más importante para que quedara inmortalizado. Jessica y Don, los papás, le dijeron que les hacía mucha ilusión tener imágenes del "breast crawl", del momento en que un bebé repta hasta llegar al pecho.
El hospital fue muy respetuoso con el proceso y no se interpusieron entre la bebé y su objetivo. Así, la madre pudo quedarse con Harper encima más de una hora y así llegó el momento en que la niña decidió ir en busca de su alimento.
Por eso la primera hora es sagrada
Antiguamente madre y bebé eran separados al nacer para llevar a cabo diversas acciones que se consideraban necesarias: pesarlo, medirlo, lavarlo, comprobar la permeabilidad de las vías aéreas y del ano, etc. Sin embargo, se comprobó que todas estas acciones podían esperar si el bebé nacía sano y que la misma separación afectaba no solo al vínculo entre madre e hijo, sino también a la succión. Y es que los bebés separados al nacer tienen más problemas de succión y tienen lactancias más cortas.
Así, al permitir que madre y bebé estén juntos el recién nacido puede reptar, llegar al pecho de su madre y hacer una primera toma que es totalmente instintiva. Y una toma instintiva es mejor que una toma provocada (aquella en que ponemos al bebé como consideramos mejor, se le pone el pezón donde la madre quiere y se le insta a mamar puede dejar una peor impronta que la toma que hace el bebé con el método con el que nace, por instinto).
Os dejo con la secuencia de fotos, para que las veáis una detrás de otra. Muy curiosa la cara de la madre, sorprendida por las capacidades de Harper, su hija:
Fotos | Leilani Rogers
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