Hoy se celebra el Día Mundial del Asma, la enfermedad crónica más común en niños. El asma bronquial es una afección respiratoria que ha aumentado notablemente en las últimas décadas, motivado principalmente por factores medioambientales.
Según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el asma afecta a un 8 por ciento de los adultos y al 12 por ciento de los niños.
El lema de este año es “Tú puedes controlar tu asma”, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de que el enfermo aprenda a vivir de forma saludable, con la capacidad de identificar y manejar las crisis, fomentando el autocuidado y reduciendo la exposición a los factores de riesgo.
Los niños pequeños son más propensos a sufrir afecciones respiratorias debido a la inmadurez de sus pulmones y vías respiratorias, por tanto es necesario prevenir cualquier factor de riesgo, incluso desde el embarazo. Conocemos por ejemplo, que fumar en el embarazo está relacionado con mayor riesgo de asma infantil, y por supuesto también la exposición al humo en los niños pequeños.
En la actualidad no existe una tratamiento curativo de la enfermedad, por tanto el único camino para mejorar la calidad de vida del niño es el control de los síntomas con el tratamiento que sea prescrito por el médico.
Uno de los mayores problemas del asma es que es complicado el diagnóstico en niños menores de 5 años, ya que los síntomas pueden ser muy atípicos y difíciles de relacionar con este proceso.
En los casos severos y que no son tratados correctamente el niño puede tener complicaciones serias. Por eso, es fundamental que los niños con asma, sobre todo de base alérgica, estén muy controlados por el pediatra o por el alergólogo. Este control, junto con el entrenamiento de los padres en el manejo de la enfermedad, mejora considerablemente la calidad de vida y el pronóstico de estos niños.
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