Por increíble que pueda parecernos, cada verano salen a la luz noticias de niños que han muerto tras haber sido dejados por sus padres encerrados en el coche. Algunos han sido "olvidados" y otros los han dejado a conciencia mientras iban a hacer un recado o comprar alguna cosa, porque han considerado que "total, son solo unos pocos minutos". Pero ni cinco minutos: jamás dejes a un niño encerrado en el coche.
Con el calor, el coche se convierte en una trampa mortal para bebés y niños, y aunque se dejen las ventanas un poco abiertas, la temperatura en su interior sube de manera muy rápida elevando también peligrosamente la temperatura en el cuerpo del niño.
Qué es la hipertermia
La temperatura de un vehículo motorizado cerrado y al sol se eleva aproximadamente 7 grados cada cinco minuto y en media hora puede hacerlo entre 10 a 15 grados. El cuerpo de un niño alcanza enseguida los 40-41 grados, y cuando los órganos internos llegan a 42 grados, comienzan a fallar y puede producirse la muerte.
Hay que tener en cuenta, además, que por su fisiología los niños son más susceptibles que los adultos a los cambios de temperatura. La temperatura corporal de un niño de entre 0 y 4 años aumenta de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto, provocando un golpe de calor y lo que se conoce como hipertermia, un trastorno grave que suele ocurrir en menos de 20 minutos y que causa la muerte en menos de dos horas.
Un niño que sufre un golpe de calor empieza a sudar, se producen vómitos, calambres musculares, erupción en la piel por el calor, luego taquicardia (aceleración del pulso), adormecimiento y dificultad para respirar lo que lleva a una pérdida de conciencia, síntomas que incluso pueden llevar a la muerte si no se actúa rápidamente.
Una trampa mortal
Este dramático vídeo, emitido hace unos años en Estados Unidos, recrea esta situación y muestra los daños irreparables que puede sufrir un bebé o niño pequeño con tan sólo unos minutos de encierro en el interior de un vehículo estacionado a pleno sol.
Aparte del calor, el coche no es un sitio para que un bebé esté solo, aunque esté atado en su sillita. Tampoco en invierno, claro está. La temperatura dentro de un coche cerrado aumenta igualmente en cualquier época del año.
Además, pueden ocurrir otro tipo de desgracias como que roben el coche con el bebé dentro, que lo abran, que le den un golpe, que el niño se suelte y manipule algo, o peor, que consiga abrir la puerta y salir del coche.
Por todo esto, no dejes a tu bebé solo en el coche nunca ni cinco minutos (mucho menos en verano). Bájalo siempre contigo, aunque se haya quedado dormido o lo estés vigilando de afuera.
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