Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud, una fecha instaurada por la OMS para tomar conciencia sobre la importancia de cuidar y proteger la salud de todas las personas, en cualquier lugar del mundo. Recordemos que la salud es un derecho fundamental, y en el caso de los niños los adultos responsable debemos velar por garantizársela.
Pero también es importante que padres y educadores enseñemos a nuestros hijos a cuidar su salud desde pequeños; tanto la salud física como la mental. En este sentido, saber amar su cuerpo, respetarlo y cuidarlo son lecciones vitales que deben aprender desde la más tierna infancia, pero hay otros muchos aprendizajes que también debemos inculcar.
Practicar deporte y evitar el sedentarismo
El deporte es fuente de salud y tiene grandes beneficios para la salud física y mental de las personas, con independencia de su edad. Los padres debemos fomentar la práctica de ejercicio físico en los niños desde el ejemplo, los juegos al aire libre (que además suponen un importante aporte de vitamina D) y el deporte en familia.
Hacer deporte ayuda a prevenir el sedentarismo y la obesidad, mantiene los huesos fuertes, reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, mejora el estado anímico y las habilidades motrices. En el caso de la adolescencia, el deporte ayuda además a fomentar la socialización entre los jóvenes y a inculcar hábitos de vida saludables.
Por eso, es fundamental que los niños crezcan amando el deporte y la actividad física.
Inculcar hábitos alimenticios saludables
Mantener en la infancia una alimentación sana y equilibrada no solo ayuda a prevenir la obesidad infantil, sino otras muchas patologías y enfermedades susceptibles de aparecer incluso en la edad adulta.
Aunque somos los adultos quienes debemos velar por la correcta alimentación de los niños, es importante inculcarles desde pequeños qué alimentos son saludables y cuáles conviene evitar o consumir con moderación, haciendo especial hincapié en la importancia de consumir frutas y verduras de manera abundante, pues constituyen una excelente fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra.
Pero no olvidemos que los niños van interiorizando sus hábitos alimentarios atendiendo a las experiencias que viven, por lo que nuestro ejemplo y la relación que tengamos con la comida es fundamental. En este sentido, los expertos aconsejan ofrecer todo tipo de alimentos saludables sin forzar, incluir a los niños a la hora de hacer la compra o cocinar, comer en familia y no usar los alimentos como premios ni castigos.
Medidas de prevención frente al COVID
Muy especialmente en estos momentos que estamos viviendo no podemos dejar de hablar de la importancia de educar a los niños en medidas de prevención frente al COVID, aunque me atrevería a decir que en muchas ocasiones son ellos quienes recuerdan a los adultos cómo debemos actuar.
Y es que los niños tienen muy interiorizado la importancia del lavado de manos, la adopción de medidas higiénicas cuando tosen o estornudan, el mantenimiento de la distancia social y el uso de mascarilla. Saben que el coronavirus puede llegar a hacer mucho daño a las personas más vulnerables, como sus abuelitos, por ello son plenamente conscientes de la importancia de cuidarse y cuidar a los demás.
Enseñarles la importancia del lavado de manos
Pero el lavado de manos no solo es importante como medida de prevención frente al COVID, pues este sencillo gesto ayuda a prevenir hasta 200 enfermedades especialmente comunes entre los más pequeños, como la gripe, la neumonía, la bronquiolitis, la gastroenteritis, la enfermedad mano-pie-boca o las lombrices intestinales, entre otras.
Debemos enseñar a los niños a hacer del lavado de manos un hábito, siendo especialmente importante lavarse las manos antes de comer o manipular comida, después de ir al baño o después de toser, estornudar o sonarse la nariz.
Autocuidado general de todo su cuerpo
Más allá del lavado de manos, que es el hábito de higiene más básico que los niños deben aprender desde pequeños, los padres también tenemos que enseñar a nuestros hijos a cuidar y respetar todo su cuerpo, pues el autocuidado no solo es la base principal de una autoestima sana y de una correcta relación con los demás, sino que las actividades cotidianas de aseo e higiene también ayudan a fomentar la atención plena y alcanzar un estado de calma, lo que repercute positivamente en su salud física y mental.
La importancia de la salud bucodental
Mención especial merece la salud bucodental, pues en muchas ocasiones los dientes y salud oral son los grandes olvidados, especialmente en la infancia. Y es que hay niños a los que les cuesta especialmente cepillarse los dientes, y aunque las últimas encuestas arrojan resultados positivos con respecto a este hábito de salud, es importante que los padres sigamos inculcándoselo.
Pero además de enseñarles cómo han de cepillarse los dientes y cuántas veces al día hacerlo, también debemos prestar atención al tipo de dentífrico utilizado y acudir a las revisiones con el odontopediatra y el ortodoncista cuando corresponda.
La piel también necesita atención especial
Seguro que alguna vez has escuchado eso de que "la piel tiene memoria"; pues dependiendo de cómo sea cuidada en la infancia, así será su salud en el futuro. Por eso es importante que desde pequeños los niños aprendan a cuidar y mimar su piel, hidratándola correctamente tras el baño, protegiéndola de agresiones externas y, por supuesto, tomando todas las precauciones cuando se exponen al sol.
Obviamente, los adultos somos los responsables de aplicar estos cuidados, pero es fundamental que nuestros hijos entiendan por qué prestamos especial atención a la piel y ellos mismos se responsabilicen también de protegerla.
Inculcarles prácticas de higiene postural
Según algunos informes, entre el 20 y el 70% de los niños padecen dolor de espalda en algún momento antes de los 15 años, haciéndose más notable a medida que el niño se adentra en la adolescencia. En la mayoría de las ocasiones este dolor se debe a la debilidad muscular que causa el sedentarismo y/o al peso de las mochilas escolares, que ocasiona molestias lumbares, cervicales y dorsales.
De nuevo destacamos la práctica de ejercicio físico, que ayudaría a prevenir o tratar este tipo de molestias. Aunque también es importante inculcar al niño hábitos de higiene postural, para que aprenda a cuidar su columna y entienda la importancia de sentarse bien en las sillas y de mantener la espalda en una postura correcta.
Enseñarles que hay prácticas que pueden resultar peligrosas
La curiosidad y el afán por explorar y tocar todo son características innatas en los niños, y aunque es saludable, necesario y enriquecedor que lo hagan, también deben ser conscientes de los peligros que pueden conllevar algunos de sus actos.
Por eso, si bien no es cuestión de alarmarles ni 'cortar sus alas' a cada paso que dan, sí que deben aprender qué cosas no hacer bajo ninguna circunstancia y qué otras pueden hacer con el conocimiento y/o supervisión de un adulto.
Por ejemplo, deben saber que los enchufes no se tocan, que no pueden encaramarse a las ventanas o balcones, que hay escondites que pueden resultar peligrosos, que en la piscina o en la playa deben acatar unas normas, que su cabeza ha de estar protegida con un casco cuando monten en bici o en patines... en definitiva, que muchos de los accidentes se pueden prevenir con conocimiento y precaución.
Seguridad vial
Mención especial merece la seguridad vial y en carretera, algo que debemos enseñar a los niños desde que comienzan a tener uso de razón. Porque darles la mano para cruzar una carretera es imprescindible, pero también lo es que aprendan desde pequeños el significado de las luces del semáforo, qué sepan qué significan las principales señales de tráfico, por dónde debemos cruzar la carretera de forma correcta, por qué no debemos invadir el carril bici cuando circulamos a pie...
Ocurre lo mismo cuando viajamos en coche, pues si bien adultos somos los únicos responsables de su seguridad, ellos también deben saber que siempre han de ir correctamente sujetos en la silla, o en caso de ser mayores, con su cinturón de seguridad bien abrochado.
Enseñar primeros auxilios
Todos, adultos y niños, deberíamos conocer primeros auxilios y saber cómo actuar en situaciones de emergencia, pues en cualquier momento podríamos necesitarlo para salvar nuestra propia vida o la de otra persona.
Pero, puesto que no es una materia que se imparta de manera habitual en los colegios, los padres deberíamos ser responsables de enseñar a nuestros hijos (bien sea mediante cursos con profesionales, o nosotros mismos si tenemos los conocimientos apropiados) ciertas nociones básicas que les permitan identificar situaciones de peligro y saber cómo actuar o, en su defecto, dónde llamar para pedir auxilio.
Educación emocional
La correcta gestión de las emociones también es imprescindible para tener una buena salud, pues un niño que sabe regular su comportamiento, que es asertivo y que expresa sus emociones y sentimientos sin dañar a los demás, crecerá mentalmente sano y con una actitud ante la vida positiva, constructiva y respetuosa consigo mismo y con quienes le rodean.
Los padres debemos nutrir la inteligencia emocional de nuestros hijos desde la cuna, para que poco a poco vayan entendiendo el importante papel que juegan en la vida todas las emociones, y así sepan cómo relacionarse con los demás de forma saludable.
Enseñarles a amar su cuerpo
Los niños, especialmente los más pequeños, entienden mucho mejor la importancia de cuidar su cuerpo cuando establecemos un símil entre este y una casa. Nuestro cuerpo es la casa en la que tendremos que vivir el resto de nuestra vida, y cuidarla, protegerla y "repararla" cuando se necesita es fundamental para que siga siendo el mejor de los refugios.
De esta forma crecerán seguros y confiados con su imagen, agradecidos con su cuerpo y sabedores de los cuidados que precisa. Porque el amor hacia su cuerpo y hacia sí mismos es indispensable para crecer felices y con buena autoestima, algo que nuevamente acaba repercutiendo en su salud.
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