A veces no nos damos cuenta hasta qué punto el medioambiente es un factor de peso en las dolencias que afectan a nuestros hijos. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el 30 por ciento de las enfermedades infantiles están asociadas a la contaminación ambiental.
Las más frecuentes son el asma, las alergias y las infecciones respiratorias, afecciones que se han duplicado en los últimos 15 años, pero no son las únicas.
La contaminación atmosférica constituye un riesgo medioambiental para la salud, la cual afecta en mayor medida a los más vulnerables, los niños. El deterioro del aire contribuye a una mayor incidencia de crisis de asma, la enfermedad crónica más frecuente en la infancia, así como a las alergia e infecciones de las vías respiratorias.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación ambiental causa alrededor de dos millones de muertes prematuras al año en todo el mundo, de las que casi la mitad son por neumonías en menores de 5 años.
Los niños que viven en las ciudades son los más expuestos a las contaminación ambiental, y por ende los más vulnerables a sufrir afecciones como asma. Contaminantes como los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el ozono favorecen la aparición de síntomas y exacerbaciones en niños con asma. No es casualidad que en algunas ciudades, aproximadamente el 12 por ciento de los niños padece asma.
El tráfico rodado es uno de los factores que contribuye a la proliferación de enfermedades respiratorias. Pero la contaminación no son sólo los coches. Los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud de las personas es un asunto complicado, se requieren muchos estudios y es costoso de demostrar.
Los expertos señalan que van en aumento de dolencias infantiles cuyas causas están relacionadas, entre otras cosas, a factores ambientales, como por ejemplo intolerancias y desórdenes alimentarios, alergias, Sensibilidad Química Múltiple (SQM), problemas de piel, asma, hiperactividad, problemas de peso, insomnio, irritabilidad o autismo.
Creen, además, que la proliferación de productos químicos está detrás de la alteración de nuestros sistemas endocrino e inmunológico.
Que seamos más alérgicos que antes se debe a la contaminación de los alimentos, los pequeños tóxicos incorporados en determinados productos los hacen más dañinos que hace 20 ó 30 años y nuestro sistema inmunológico se ve alterado.
El número creciente de enfermedades infantiles asociadas a la contaminación ambiental es alarmante. La solución tan simple y a la vez compleja como reducir la contaminación atmosférica.
Al menos podemos empezar por cambiar hábitos en el entorno más cercano, haciendo lo que esté al alcance de nuestra mano para construir un medioambiente más saludable para nuestros hijos.
Vía | Infancia Hoy Foto | SCA Svenska Cellulosa Aktiebolaget en Flickr En Bebés y más | Los niños, enfermos medioambientales, Guía europea para familias sobre salud infantil y medio ambiente