La Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit por Atención e Hiperactividad (FEAADAH), estableció el mes de octubre como el mes de concieciación por el TDAH, y en concreto, el 26 de octubre como el día del TDAH en España, a la espera de que la OMS fije una fecha a nivel mundial.
El TDAH es el trastorno psiquiátrico más frecuente en los niños, con una incidencia del cinco por ciento de la población infantil-juvenil, lo que equivale a uno o dos alumnos por aula. Este año, la Federación ha querido dedicar el día a los adultos con TDAH, y a la importancia de un diagnóstico temprano en la infancia.
¿Qué es el TDAH y qué síntomas tiene?
Según la FEAADAH, el TDAH es un trastorno de origen neurológico provocado por un desequilibrio entre dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina, que afectan directamente a las áreas del cerebro responsables del autocontrol y de la inhibición del comportamiento inadecuado.
Este trastorno provoca en el niño alteraciones en su conducta, tales como hiperactividad, impulsividad, y dificultad o incapacidad para prestar atención y concentrarse, lo que puede acarrear muchos problemas, tanto en su vida social como en el ámbito escolar (altas tasas de fracaso escolar).
Un diagnóstico precoz es fundamental para paliar los síntomas, así como para prevenir y evitar complicaciones asociadas. Por eso, desde la FEAADAH han querido que este mes tomemos conciencia sobre la importancia del dignóstico en la infancia, y la visbilidad del TDAH en la etapa adulta.
La importancia del diagnóstico precoz
Las primeras manifestaciones de TDAH suelen aparecer con el inicio de la etapa de Primaria, cuando se le plantean al niño una serie de demandas que en muchas ocasiones le resultan difíciles de cumplir (prestar atención, hacer deberes en casa, permanecer sentado durante periodos largos de tiempo...).
Generalmente, son los padres, profesores, pediatras o psicólogos escolares quienes dan la voz de alarma, pero deben ser los médicos especialistas (neurólogos y psiquiatras) quienes hagan el diagnóstico definitivo. Para ello es fundamental la realización una serie de pruebas:
- Entrevistas con los padres y el niño
- Una evaluación de la información de los profesores
- Exámenes físicos
- Pruebas complementarias para descartar otros problemas, tales como evaluación intelectual, pruebas del lenguaje y aprendizaje, o pruebas específicas de atención.
El diagnóstico conducirá al tratamiento más adecuado para el niño, así como el plan de acción a seguir, y que incluirá la participación de un psicólogo, un pedagogo, un profesor de apoyo y de otros profesionales.
Entre el dos y el cinco por ciento de niños padece TDAH
El TDAH es crónico, y se estima que más del 80 por ciento de los niños que lo padecen continuarán presentando problemas en la adolescencia, y entre el 30 y 65 por ciento también en la edad adulta.
Pero un diagnóstico certero no solo es fundamental para identificar el problema, sino que también es necesario un tratamiento adecuado. Y es que, según los expertos, las tasas de prescripción médicas sólo representan entre el tres y el siete por ciento de los niños diagnosticados. Un tratamiento inadecuado puede provocar problemas laborales, económicos y de pareja en la etapa adulta, así como otros problemas psiquiátricos asociados, como la depresión.
Por estas razones, desde la FEAADAH insisten en la importancia de una detección y tratamiento precoces para paliar o disminuir los síntomas con el tiempo, permitiendo que el niño desarrolle plenamente todas sus potencialidades.
Son varias las ocasiones en las que hemos hablado del TDAH en la infancia, pero en un día como hoy queremos unirnos a la petición de la FEAADAH para dar mayor visibilidad a este trastorno, tan frecuente en la infancia.
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