Para que nos situemos, se entiende por bebés prematuros tardíos aquellos nacidos entre la semana 34 y 36 de gestación. A partir de la semana 37 ya se habla de un bebé nacido a término.
Aunque pueda parecernos poco, una diferencia de dos o tres semanas que el bebé permanece dentro del útero es un gran determinante para sus posibilidades de sobrevivir. Es que cada día que pasa el bebé dentro del vientre de su mamá es importantísimo para su desarrollo.
Una investigación realizada por un equipo estadounidense descubrió que los bebés prematuros tardíos son seis veces más proclives a morir en la primera semana de vida que aquellos cuya gestación llega a término.
También señalaron que estos bebés que nacen unas pocas semanas antes, que representan la mayoría de los bebés prematuros, tienen tres veces más riesgo de muerte antes de su primer año.
Los médicos explicaron cuáles son los problemas más frecuentes en aquellos niños que nacen entre las semanas 34-35 ó 36. Tienen mayor riesgo de sufrir ciertas complicaciones que los niños nacidos a término no sufren como son la enfermedad de la membrana hialina, el síndrome de dificultad respiratoria, dificultades para alimentarse, hipotermia e ictericia.
Como hemos dicho muchas veces, un riguroso control es importantísimo a lo largo de todo el embarazo, especialmente durante la recta final en las que solemos tener una revisión semanal para monitorear el estado del bebé.
Es fundamental llevar un embarazo saludable, y no hablo sólo de alimentación, para conseguir que dentro de lo que esté en nuestras manos, la gestación del bebé llegue a término porque cada día que pasa cuenta.
Vía | Diario Médico | Buena Salud | Healthfinder Más información | Prematuros.info