Los efectos del frío en la salud de los niños

Los efectos del frío en la salud de los niños
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Damos comienzo a nuestro Especial invierno en plena ola de frío siberiano en Europa, preguntándonos cuáles son los efectos del frío en la salud de los niños. Y es que las bajas temperaturas afectan la salud de las personas de diversas maneras, especialmente cuando es intenso.

Junto a las enfermedades directamente ligadas al frío, como los cuadros de hipotermia o congelación, que pueden llevar en casos extremos incluso a la muerte, existen otras afecciones más comunes a las que es difícil escapar cada invierno, especialmente si hablamos de niños pequeños.

Y es que, entre los grupos de población más vulnerables al frío extremos se hallan ancianos, personas con enfermedades crónicas, desnutridas... y los recién nacidos y lactantes, pues su sistema de respuesta neurovascular no está todavía tan desarrollado como el de un niño o un adulto para regular su temperatura y luchar contra el frío.

También porque los más pequeños no tienen suficiente actividad física espontánea para entrar en calor y no pueden avisar claramente que tienen frío. El hecho de que lloren de manera insistente y descartemos hambre y sueño, habremos de comprobar que no tienen frío.

El pecho suele ser el lugar indicado para comprobar que están calientes, pero hemos de procurar que manos y pies, o la cara, también lo estén. Os recordamos en este punto los consejos para proteger a los niños de la ola de frío.

Enfermedades más frecuentes con el frío

Ya hablaremos detenidamente sobre por qué el frío aumenta la incidencia de determinadas enfermedades, pero adelantamos que las bajas temperaturas disminuyen las defensas y producen cambios en el organismo que favorecen la aparición de enfermedades como gripe, bronquitis y neumonías.

De este modo, también los problemas respiratorios que sufren algunas personas empeoran y se produce un aumento de la tos, la sensación de ahogo y la producción de moco. El dolor de oídos y de garganta, la faringitis, también son más habituales en invierno.

El frío además puede agravar algunas enfermedades crónicas, especialmente respiratorias, reumáticas y cardíacas. Quienes padecen problemas cardíacos notan mayor cansancio hasta síntomas de agotamiento, incluso ante esfuerzos pequeños.

Si tenemos en cuenta factores externos al propio organismo, el frío aumenta el riesgo de incendio e intoxicación por monóxido de carbono si se emplean estufas de gas y braseros. Por ello se han de evitar estos medios de calefacción, y en cualquier caso mantener a los niños alejados de cualquier fuente de calor, que han de estar protegidas convenientemente.

Las bajas temperaturas también facilitan los accidentes de tráfico o por caídas a causa del hielo formado, por lo que hay que extremar la precaución tanto en carretera como caminando por la vía pública, no olvidando los sistemas de retención infantil adecuados ni cumplir las normas viales.

Si tenemos que desplazarnos en coche, conviene informarse del estado de las carreteras y seguir los consejos de la Dirección General de Tráfico.

En resumen, el frío intenso puede afectar a la salud de diversas maneras:

  • Provocando enfermedades directamente ligadas con el frío, como congelaciones y cuadros de hipotermia.
  • Favoreciendo la aparición de enfermedades como la gripe, bronquitis, neumonías y agravando enfermedades crónicas, sobre todo cardíacas y respiratorias y también reumáticas.
  • Facilitando los accidentes: de tráfico y por caídas a causa del hielo formado.
  • Aumentando el riesgo de incendio y de intoxicación por monóxido de carbono a partir de estufas de gas, braseros...

Mortalidad durante los meses fríos

Afortunadamente, cuando hablamos de la mayoría de efectos del frío en la salud de las personas no tenemos que hablar de fallecimientos, pero estos también se producen a causa de las bajas temperaturas como hemos comentado con anterioridad.

El incremento de mortalidad durante los meses de invierno es un fenómeno conocido que ha sido estudiado en distintos países. La mayor mortalidad en esta época del año tiene su origen, además de en el propio frío (las personas sin hogar suelen ser víctimas de congelación), en causas de origen infeccioso y en otros factores de naturaleza comportamental. En Europa, se calcula que la mortalidad en invierno es un 16% superior respecto al resto del año.

El incremento máximo se registra en la Península Ibérica, siendo de un 28% en Portugal y un 21% en España. El mayor incremento de mortalidad en los países con climas más cálidos se atribuye a la menor aclimatación fisiológica, menor adaptación de hábitos y a los medios de climatización disponibles.

Y aunque España no sea un lugar con demasiado riesgo de frío, sí existen zonas de interior o de montaña muy frías, y en situaciones meteorológicas de olas siberianas como la actual el frío llega prácticamente a todos los rincones y las heladas se generalizan.

También muchos nos leéis desde otros países donde las bajas temperaturas son más frecuentes, incluso en otras latitudes con veranos gélidos, por lo que pronto volveremos con recomendaciones que pueden resultar útiles para hacer frente a los efectos del frío, nos encontremos en la parte del mundo que nos encontremos.

Foto | familymwr en Flickr En Bebés y más | Consejos para evitar enfermedades respiratorias en los niños, Consejos para proteger a los niños de la ola de frío

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