Estamos en época de resfriados, de gripes y de infecciones de garganta, y a menudo cuando acudimos al pediatra lo primero que esperamos es que nos recete antibióticos. Pero estos medicamentos se usan más de lo necesario, lo cual repercute negativamente en la salud de los niños y de todos, convirtiéndose en un problema de salud global.
Y es que más del 90% de las infecciones que tienen los niños durante los dos o tres primeros años de vida son virales, y por tanto no precisan antibióticos, que son efectivos para tratar infecciones producidas por bacterias. Seguro que tu hijo o hija de esas edades ya ha tenido más de un tratamiento con estos medicamentos.
Recientemente se ha celebrado el Día Europeo del uso prudente de antibióticos y los pediatras recuerdan que hay que usar bien estos medicamentos que en demasiadas ocasiones se prescriben inútilmente. Según la AEPED, la mayor parte de las infecciones de garganta son producidas por virus y, por tanto, los antibióticos no sirven de nada.
Para saber si una infección de garganta está producida por una bacteria llamada estreptococo, que necesita tratamiento antibiótico, existe un test rápido que se puede utilizar en las consultas de atención primaria y que los pediatras reivindican desde hace un tiempo. Su implantación favorecería la reducción del uso de antibióticos innecesarios en los niños.
Estudios recientes describen que las pruebas rápidas son eficaces para conocer si la infección de la garganta está producida por una bacteria o por un virus, lo cual sería un gran avance en el diagnóstico y tratamiento de esta afección.
La Organización Mundial de la Salud cada vez está más preocupada por la resistencia a los antibióticos. Si sólo se tomaran los antibióticos realmente necesarios, para tratar infecciones por bacterias, se reduciría el riesgo del uso indebido que se debe al desarrollo de resistencias a los mismos por parte de los microorganismos.
Otra de las cuestiones que conviene recordar es que, incluso cuando la toma de antibióticos está justificada, no siempre se hace de la manera correcta: hay que completar las tomas de antibióticos hasta el último día, es decir, completar el ciclo para que el medicamento actúe correctamente.
En definitiva, los antibióticos no sirven para curarlo todo, no son analgésicos que puedan quitar el dolor de cabeza o de garganta de una gripe. No hemos de medicar alegremente a nuestros hijos (ni automedicarnos) ni exigir este tipo de medicamentos cuando en muchos casos no serán los más indicados.
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