Las convulsiones febriles son frecuentes en bebés de 6 meses a niños de 5 años. Ahora existe un nuevo medicamento para detener las convulsiones, que se administra más sencillamente que los anteriores.
A pesar de lo alarmantes que resultan las convulsiones, normalmente el niño se recupera totalmente y no habrá ninguna repercusión. Casi todas las convulsiones febriles ceden por sí solas en unos minutos, de modo que pocos niños necesitan recibir alguna medicación.
Aunque los padres de los niños con convulsiones están más tranquilos cuando tienen en el domicilio algún medicamento para administrarlo cuando no se detiene por sí sola.
Y es que las convulsiones se manifiestan de modo muy aparatoso: el niño sufre una pérdida de conciencia, se queda rígido, con los ojos en blanco, los labios morados, parece que no respira, el corazón le late muy deprisa y tiene sacudidas de los brazos y las piernas.
El fármaco utilizado hasta ahora era el diazepam en microenema rectal y, desde hace poco tiempo, se dispone del midazolam administrado por vía intranasal, con un atomizador que se coloca en la punta de una jeringa.
Este sistema es más sencillo, accesible y cómodo para todos los niños, y aunque parece que todavía no está a la venta en farmacias, el nuevo medicamento para las convulsiones puede ser una mejor opción para los padres y los niños que las sufran.
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