Por qué no vacunar a los niños hace peligrar la salud de todos

Por qué no vacunar a los niños hace peligrar la salud de todos
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Las vacunas infantiles han sido, desde siempre, una fuente de polémica por diversos motivos. Hace un tiempo, digamos unos años, las coberturas vacunales eran extensas, estando la mayoría de los niños vacunados de aquellas vacunas que formaban parte del calendario vacunal.

Los niños que no estaban vacunados solían pertenecer a familias con pocos recursos que directamente acudían poco al médico y aún hoy en día hay muchos niños de este mismo estrato social que no están vacunados.

Sin embargo, siguiendo con las tendencias aparecidas en el norte de Europa hace ya unos años, muchos niños españoles, que pertenecen a familias con un nivel económico y cultural elevado, están dejando de ser vacunados, haciendo que las tasas de vacunación disminuyan y que, en consecuencia, enfermedades que parecían casi controladas estén emergiendo, cosa que hace peligrar la salud de toda la población.

Sarampión

El ejemplo más claro es el del sarampión. En Bebés y más ya hemos comentado alguna vez que en otros países como Holanda se han venido produciendo brotes de sarampión en grupos de población contrarios a la vacunación, con el riesgo que ello conlleva.

En España también sucedió hace unos años, concretamente en Cataluña, cuando se vacunó a todos los niños menores de 12 meses para evitar que el brote se extendiera. Tras controlarse parecía que no volvería a suceder algo igual, sin embargo este año ha vuelto a suceder en Andalucía y ha vuelto a suceder en Cataluña.

En el brote sucedido en Andalucía llegó a fallecer una mujer y el número de afectados, a finales de abril, era de más de 500.

Por ponerlo un poco en números, en el año 2004 se declararon 29 casos de sarampión, en 2005, 20 casos y en el años 2008, cuando la moda antivacunas ya empezaba a hacer estragos, se sobrepasaron los 300 casos. En 2011, en lo que va de año, se han dado ya más de 1.300 casos, cinco veces más que el año pasado, y aun quedan 6 meses para que acabe el año.

En Francia, donde también parece que la moda de no vacunar a los niños está haciendo mella, han muerto ya cinco personas y más de 300 han padecido neumonías graves, siendo más de 5.000 los afectados. El 96% de ellos son niños y adultos que no habían sido vacunados o que habían recibido una sola dosis.

Es decir, se trataba de una enfermedad casi erradicada, que se controla casi por completo si la cobertura vacunal es del 95%, porque ese 5% se aprovecha de la protección que le confiere el resto de niños, pero que al descender en porcentaje deja a más niños expuestos, aumentando el riesgo de brote y epidemia.

Y no sólo los niños quedan expuestos, sino también los bebés menores de 12 meses, que no son vacunados hasta entonces por calendario y la población joven, de entre 25 y 40 años, que en su infancia no fueron vacunados, por no existir la vacunación universal, y que tampoco llegaron a coger la enfermedad.

Por qué la gente no quiere vacunar del sarampión

El miedo a la vacuna triple vírica se originó a raíz del artículo de Andrew Wakefield, publicado en la prestigiosa revista The Lancet, donde sugirió una relación causa-efecto entre la vacuna triple vírica y los casos de autismo.

Dicho estudio se notificó años después como un fraude y la revista retiró el artículo. Podéis leer más al respecto en la entrada que Eva escribió sobre este tema.

Se demostró entonces que la vacuna infantil de la triple vírica no era la causante del autismo de los niños, pese a que aún hay muchos padres que siguen a famosos, como Jim Carrey, que tiene un hijo autista, que sigue defendiendo la relación entre la vacuna y la enfermedad.

Otras enfermedades que vuelven

En Estados Unidos, por ejemplo, ha vuelto la tos ferina. En 1976 se registraban apenas 1.000 casos en todo el país y en 2.004 se notificaron más de 26.000. En Suecia pasó algo similar: en los años 70, estando la tos ferina totalmente controlada por la alta cobertura vacunal, los pediatras consideraron que era inaceptable seguir vacunando a los niños de una enfermedad que ya no se daba y se dejó de vacunar de tos ferina, bajando la cobertura de un 90% en 1974 a un 12% en 1979. Poco tiempo después el país declaraba más de 10.000 casos de tos ferina al año.

a favor de las vacunas infantiles

En Nigeria se dejó de vacunar contra la poliomielitis y el resultado ha sido el de miles de personas que ahora padecen la enfermedad y con incapacidades permanentes. En España el último caso data de 1988, pero si se deja de vacunar a los niños, teniendo en cuenta que hay muchos movimientos internacionales (de allá para acá y de acá para allá), el riesgo irá aumentando a medida que la población no vacunada se vaya haciendo más numerosa.

Resumiendo

Lo dije ayer y lo repito hoy. No vacunar a los niños hace peligrar la salud de toda la población y los datos lo corroboran. Si dejamos de vacunar a los niños las enfermedades vuelven y, aunque pocas son mortales, algunas tienen un curso complicado, molesto y conlleva un riesgo importante de padecer otras enfermedades asociadas.

Estamos en un país desarrollado y esto quiere decir que las vacunas infantiles, aquí arriba, no están pensadas para salvar vidas (que también, porque ya hemos comentado que en Francia han fallecido 5 personas por el sarampión), sino sobretodo para evitar la enfermedad, para evitar que niños y adultos enfermen, ingresen en hospitales y contagien a otras personas sanas y no tan sanas, pudiéndoles complicar mucho la vida.

Recuerdo hace unos años, cuando algunos padres me hablaban de no vacunar a sus hijos, que me decían: “todos hemos pasado el sarampión y mira, aquí estamos” y ante frases así siempre he pensado lo mismo, que claro, los que aquí están lo dicen, pero los que ya no están nunca dirán “pues yo me morí...”.

Fotos | Fotomontaje realizado con imágenes de Zaldylmg y Lars Plougmann, Unicef Sverige en Flickr
En Bebés y más | Por qué estar a favor de las vacunas infantiles, “Las vacunas son muy eficaces para prevenir las enfermedades”. Entrevista a Carlos González (I), “Los laboratorios ganan mucho más dinero haciendo jarabes para la tos, vitaminas y reconstituyentes que con las vacunas”. Entrevista a Carlos González (II), Vacunas sí, vacunas no y la cultura del miedo

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