Cuando tenía solo dos años, Zion Harvey sufrió una infección en sus extremidades que obligó a los médicos a amputarle las dos manos y los dos pies para salvar su vida. En 2015, con ocho años fue sometido a una intervención pionera en el mundo: el primer trasplante doble de manos realizado a un niño. Una operación que ya se había realizado con éxito en adultos, pero nunca en niños, al ser un proceso mucho más complejo y riesgoso.
Hoy, dos años más tarde, se puede decir que el trasplante ha sido todo un éxito. El pequeño es capaz de escribir, alimentarse, ir al baño y vestirse sin ayuda. Gestos que para cualquier niño de su edad resultaban cotidianos, pero él no podía hacer.
La intervención, que se preparó durante dos años y duró casi once horas, fue realizada por cuatro equipos coordinados de médicos del Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP). Una de las cuestiones que más preocupaba a los especialistas era el riesgo de administrar inmunosupresores al niño, una medicación que reduce las defensas del organismo para disminuir la reacción del organismo frente al órgano trasplantado (rechazo), pero que por contrapartida, hace que haya un mayor riesgo de infecciones.
Pero años antes Zion había tenido que ser sometido también a un trasplante de riñón, y debió tomar la medicación para evitar el posible rechazo del órgano, por lo que los médicos se plantearon que el niño podría ser un buen candidato para realizar el trasplante doble de manos.
Tras la intervención, tuvo que luchar contra ocho procesos de rechazo durante el primer año, pero consiguió superarlos gracias al ajuste constante del tratamiento con fármacos. A solo seis días de la operación empezó a recibir terapia de rehabilitación y terapia ocasional para aprender a utilizar sus nuevas manos. Así consiguió este pequeño campeón, que ahora tiene diez años, ser el primer niño del mundo en someterse a esta intervención.
No puede ser más feliz. En el vídeo de arriba podemos verlo en todo momento sonriente y agradecido por la oportunidad que tuvo de tener dos manos y poder hacer las cosas que hace cualquier niño de su edad.
Vía | IFLScience
Más información | Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP) y The Lancet