Adoptar es una decisión trascendental para todos los involucrados. Pero debes estar consciente de que se trata de un camino largo que puede llegar a tener algunas trabas, y es justo por esta razón por la cual es necesario prepararse psicológicamente para todo este proceso.
Si estás atravesando por una adopción o planeas hacerlo, ten en cuenta esta información que seguramente te será de mucha utilidad.
“El que puede alcanzar el corazón de un niño puede alcanzar el corazón del mundo.”
-Rudyard Kipling-
Proceso de adopción: ¿cómo me preparo?
Una vez que hemos decidido adoptar e iniciar todo el proceso correspondiente, que en algunos casos puede ser largo y complejo, lleno de trámites y burocracia, es necesario prestar atención a nuestras emociones y pensamientos para que podamos sobrellevarlos de la mejor manera posible.
Al pensar en traer un hijo a casa, toda la ilusión se hace presente, pero junto a ella llegan los miedos e incertidumbres, y una vez iniciada la adopción, la frustración puede presentarse al darnos cuenta que no es tan rápido o sencillo como esperamos o queremos que sea.
Debemos prepararnos para todas las responsabilidades que conlleva la maternidad/paternidad y, en este sentido, documentarnos puede ser de gran ayuda, bien sea a través de la literatura, de vídeos o cursos.
“El vínculo que une a su verdadera familia no es de sangre, sino de respeto y alegría en la vida de los demás.”
-Richard Bach-
Es importante que tengas en cuenta que una vez que tengas a tu hijo, las cosas seguramente no serán como te las explicaron, y eso es lo más atemorizante y a la vez maravilloso de ser padres.
Escucha tus emociones
Es importante tener en claro lo que sentimos con respecto a la adopción, y lo que siente y piensa nuestra pareja (en caso de tenerla) y el resto de la familia. En este punto la comunicación es fundamental.
Ten en cuenta que los niños en adopción han experimentado un abandono, y que será preciso trabajar con esos sentimientos. En este paso será importante contar con el acompañamiento de un terapeuta calificado que apoye a toda la familia durante la preparación, adopción y adaptación a la nueva dinámica.
“Las pequeñas almas encuentran su camino hacia ti, ya sea desde tu vientre o desde otra persona.”
-Sheryl Crow-
La adopción: una montaña rusa de emociones
El proceso de adopción se puede vivir como una montaña rusa de emociones, y es importante que cuentes con recursos para poder gestionarlas de manera adecuada.
Sin embargo, debes tener en cuenta que este trabajo no se debe limitar al momento en el que comienza la adopción.
Antes de empezar este proceso, te recomendamos trabajar en terapia tus emociones, conocerte mejor y sanar viejas heridas para que al llevar tu nuevo hijo no lo afecten tus temores.
Y es que la adopción puede ser muy fuerte a nivel emocional y llegar a quebrarnos por momentos. Por eso es importante poder tener acompañamiento psicológico, para aprender a reconocer, verbalizar y gestionar todo lo que estamos sintiendo.
“Es importante darse cuenta de que adoptamos no porque somos rescatadores. No. Adoptamos porque fuimos rescatados.”
-David Platt-
Fomentar un apego seguro
Los psicólogos Bowlby y Ainsworth desarrollaron las Teorías del apego, que a día de hoy siguen siendo vigentes y que explican cómo el tipo de vínculo que genere el niño con su cuidador (que generalmente es mamá o papá), afecta a su desarrollo y personalidad, con incidencias en todos los ámbitos de su vida.
Es importante que a nuestro hijo (adoptado o no), le podamos ofrecer un ambiente seguro en el que sepa que cuenta con la presencia de mamá o papá para cuidarlo, protegerlo y encargarse de todas sus necesidades, incluyendo las afectivas.
Cultivar la paciencia: hablamos de un proceso
Puede que este vínculo no se genere de forma inmediata con nuestro hijo adoptado, pero debemos tener presente que para él o ella también se trata de un proceso adaptativo y que esto puede tomar un poco de tiempo. Lo importante es ser constantes y no desistir (ser pacientes).
“Un hombre feliz es aquel que equilibra bien el apego y el desapego para que su felicidad se maximice.”
- Awdhesh Singh.-
Prepararse para las dificultades
Aunque al pensar en la adopción nos imaginamos un escenario en el que, al encontrarnos con nuestro hijo el amor surgirá y todo saldrá perfecto, la realidad es que se pueden presentar algunas dificultades para las que debemos prepararnos emocionalmente:
- Es posible que te rechace por miedo a sentir un abandono nuevamente. Intenta un acercamiento paulatino y no lo agobies con mucho acercamiento físico. Dale tiempo y disfruta el momento.
- Puede tener dificultades para comprender su identidad. Al cambiar de familia, con otro ambiente, esto puede generar mucha confusión e incluso problemas con su autoestima.
- Prepárate para ayudarle a vivir su proceso de duelo. Cualquier tipo de pérdida implica un proceso de duelo, y es posible que tu hijo experimente esto al cambiar el sitio donde vivía (con todo lo que esto conlleva dejar atrás).
“Hay momentos en que el proceso de adopción es agotador y doloroso y te hace querer gritar. Pero, según me dicen, también lo hace el parto.”
-Scott Simon-
¿Qué esperar de la adopción?
Y para finalizar, también es importante que tengas en cuenta el proceso de adopción en su totalidad; así, antes de empezar la adopción, ten en cuenta que hay varias fases por las cuales vas/vais a pasar, y es necesario saber cuáles son:
- Fase 1: la espera. Una vez que decidimos adoptar e iniciamos el papeleo, sigue la espera de una respuesta (y el conseguir el certificado de idoneidad para adoptar), y esto puede tomar un largo tiempo.
- Fase 2: la asignación de tu hijo a la familia. En este punto comienzas a conocer la historia de tu futuro hijo y, en algún momento, te permitirán conocerlo en persona.
- Fase 3: el encuentro con tu hijo, donde por fin os veréis cara a cara. Resulta difícil determinar cuál va a ser la reacción, pues todo puede pasar, desde una alegría enorme, mucha ansiedad, temor, hasta lágrimas. Deberemos transitar estas emociones.
- Fase 4: es el periodo de adaptación, en el que la dinámica de vida cambia con el nuevo integrante de la familia. Puede ser un tiempo un poco convulso.
- Fase 5: la última etapa es cuando ya nos hemos adaptado a la nueva realidad, y la familia se consolida y se une.
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