Nueve claves para abrir los regalos de Reyes sin riesgos y que nada estropee un día mágico en familia

Nueve claves para abrir los regalos de Reyes sin riesgos y que nada estropee un día mágico en familia
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La imagen más habitual mañana en las casas con niños es la de los pequeños abriendo un paquete tras otro, rasgando el papel de regalo a toda velocidad para descubrir rápidamente qué contiene y pasar al siguiente, entre gritos de sorpresa y felicidad. Y esa es la clave: que sean felices.

Por eso, hay que procurar que el día sea perfecto, que nada enturbie la magia de los Reyes Magos. Porque muchas veces no pensamos que entre tanto papel hay pilas que los más pequeños pueden llevarse a la boca, o juguetes no aptos para ellos que pueden 'robar' a los mayores. ¿Y si han destrozado la caja de ese juguete que no funciona?

Te contamos qué cosas tienes que tener en cuenta a la hora de abrir sus paquetes, para que tus hijos disfruten sin peligro y no estropeemos un día de diversión en familia.

1. ¡Cuidado con la cajas!

Hay que reconocerlo. Nos esforzamos en encontrar el regalo perfecto y nuestros hijos se empeñan en jugar con el embalaje. Tenemos que rendirnos y dejar que jueguen, y si es con su imaginación, pues perfecto.

Eso sí, antes de dejar que las destrocen (al abrir el regalo) o las corten para darles la forma deseada, mejor asegurarse de que lo que incluye funciona correctamente y nos vamos a quedar con ello. Porque la mayoría de las tiendas no admiten devolución sin el embalaje en correcto estado.

Una vez sacado el rendimiento, mejor quitarlas de enmedio y llevarlas al contenedor de reciclaje, porque lo cierto es que ocupan mucho espacio.

2. Las bolsas no son para jugar

Cuando son pequeños les encanta comprobar si su cabeza entra en las diferentes bolsas y si son transparentes y ven a través de ellas... ¡aún mejor! Así que mejor estar pendientes de quitarlas de su alcance en cuanto nos sea posible y si nos las piden, explicarles que las hemos guardado para meter dentro los juguetes que han traido los Reyes, antes de montarlos o encontrar su sitio definitivo en su habitación.

Los riesgos de asfixia no son ninguna broma, así que mejor pecar de ser demasiado precavidos.

3. Que no nos quedemos sin batería

Por más que nos empeñemos en que todo sea perfecto, no es extraño que después de pelearnos con las tijeras para soltar el muñeco de 'sus amarres' en la caja, le demos al 'on' y no haga nada. ¡Los Reyes Magos se han olvidado de las pilas! ¿Cómo puede ser posible?

Lo mejor es comprobar a medida que compramos los regalos si incluyen las pilas, y si no es así, cuáles necesita para comprarlas. ¿Qué no te has acordado de hacerlo? ¡Sin problema! Estás a tiempo de localizar los juguetes que aún las necesitan y hacerte con ellas antes de que cierren las tiendas (esta noche, muy tarde).

Y si ya lo tienes todo perfectamente empaquetado y organizado, no pasa nada. Asegúrate de contar con algún paquete de pilas alcalinas AA y AAA, las más habituales. Nunca sobran con niños pequeños en casa, así que si no es el día de Reyes, te servirán más adelante.

Un consejo: las pilas recargables aportan un ahorro importante en poco tiempo.

4. Las pilas no se chupan

Estamos afanados poniendo esas pilas redonditas en esos juguetes que las necesitan para comenzar a funcionar y ¡son unos cuantos! Y sin darnos cuenta, en un descuido, el bebé 'arrampla' con una de ellas y se la lleva a la boca para ver a qué sabe. Es su naturaleza descubrir el mundo y probar a través del gusto.

Así que, mejor mantenerlas a buen recaudo y no dejarlas nunca a su alcance, porque nosotros sabemos que son tóxicas pero ellos aún no.

5. ¿Pilas de botón? Bien protegidas

Siempre que se pueda, es mejor evitar los juguetes que contienen pilas de botón y, si no es posible, asegurarse de que la tapa que oculta este tipo de pilas no se puede abrir sin herramientas que solo pueda manejar el adulto.

Por desgracia, pueden tragárselas o meterlas por la nariz o el oído con demasiada facilidad mientras estamos entretenidos desembalado un regalo del hermano mayor.

6. El mar de papeles, resbala

Hay que dejarles que disfruten rasgando los papeles con los que hemos envuelto sus regalos con tanto mimo solo unas horas antes. Pero a medida que los van tirando por el suelo (porque lo van a hacer) conviene ir guardándolos en una bolsa para luego tirarlos.

Puede pasar que con los nervios ese pequeñajo que aún anda con paso inseguro, pise los papeles y se 'escurra'. Mejor evitar lloros y accidentes innecesarios que puedan estropearles el día.

7. Las piezas pequeñas, solo si son mayores de tres años

Si tenemos en cuenta la etiqueta de homologación, las indicaciones del fabricante y la edad del niño, es fácil evitar aquellos juguetes no recomendados a menores por contener piezas pequeñas.

Pero puede ocurrir que estés buscando un juguete para un niño mayor que conviva con algún bebé o niño menor de tres años. En este caso, hay que estar muy pendientes de que el pequeño no 'se las robe' a su hermano y pueda tragárselas y sufrir un accidente.

8. Piezas de construcción y puzzles, a buen recaudo

Difícil retener a un niño para que no vuelque sobre la mesa o el suelo todas las piezas de su nuevo Lego o el puzzle de su héroe favorito en la misma mañana de Reyes. Después, claro está, no da tiempo a montarlo por completo. Tenemos que asegurarnos que vuelven a meter todas las piezas en sus bolsas correspondientes, porque si no puede pasar que se lleven el gran disgusto cuando estén montándolos y les falte alguna.

Este consejo vale también para la infinidad de accesorios de las muñecas, que suelen perderse entre las montañas de papeles y cajas, y que incluso pueden acabar en la basura. ¿Te imaginas la cara de pena de tu hijo si a Capitán América le falta su escudo? Cuando se les pase la emoción de las primeras horas es buena idea comprobar juntos que todos los juguetes y juegos están completos.

9. Tener localizados todos los tickets de compra

Parece obvio, pero ¿cuántas veces hemos tenido que comernos un regalo porque hemos perdido el comprobante de la compra? ¿Y si después de montar la cocinita comprobamos que la luz de los fuegos no funciona? ¿Y si el perrito ladra y le asusta? ¿Y si los Reyes Magos le han dejado el mismo juego también en casa de los tíos?

Por eso, ante las dudas, es bueno ir dejando todos los tickets juntos en el mimso cajón, a medida que se van comprando los Reyes (de grandes y pequeños) para no tener que comernos regalos. Un consejo: nada de dejarlos en la bolsa en las que vienen, porque con la emoción de la noche mágica, colocando regalos, podemos llegar a extraviar 'justo' el que necesitamos.

Fotos | iStock

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