Leer cuentos a los bebés es una de las cosas más recomendables que podemos hacer por ellos, porque escuchan nuestra voz, la tonalidad, ven dibujos, conocen historias, su moraleja, y acaban amando los libros. Es ayudarles a aprender a hablar antes, dotarles de más vocabulario y plantar la semilla de la lectura, de donde podrán coger todos los conocimientos que quieran adquirir.
Recomendable, a menos que al acabar el bebé se ponga a llorar, y mucho, porque se ha acabado su historia favorita. Entonces seguro que acabas por dudar si leer o no leer, porque este bebé se echa a llorar cada vez que el cuento se acaba.
La madre, claro, solo puede hacer una cosa para calmar al bebé: volver a leerle el cuento. El bebé lo mira sorprendido, lleno de curiosidad, mientras la escucha. Pero llega el "The End" y de nuevo echa a llorar.
Así pueden caer en un bucle eterno en el que la madre vuelve a leer el cuento una y otra vez, haciendo que al bebé le guste cada vez más y que, en consecuencia, llore también cada vez más, ¿no? Bien, no. Seguro que la madre tiene otros recursos para calmar el llanto del bebé que volver a leer el cuento. Si no, ya me contarás.
Al final del vídeo vemos que esto pasa también con el padre, incluso dividen la imagen en cuatro escenas para que veamos diferentes reacciones en diferentes momentos.
¡Qué pasión por la lectura!, pensaréis. Y seguro que muchos estaréis ahora pensando, también, que los vuestros nunca han tenido tanta curiosidad por los libros y los cuentos. Bien, hay de todo. Hay niños que disfrutan mucho con ellos, hay niños que no tanto, y hay otros, que quizás porque en casa los padres tampoco leen (el ejemplo hace mucho) o porque simplemente tienen otros intereses, no cogen ni un cuento ni un libro.
¿Y cómo hacer que les guste leer?
Pues, como digo, con el ejemplo, y con algunos consejos más. Si consigues que les guste leer, perfecto. Si no, pues nada, ya llegarán épocas de más tranquilidad y curiosidad en las que sí cojan libros.
Para despertar un poco esas ganas los padres tenemos que:
- Leer también en casa: que nos vean con libros, que los comentemos, que vean que nos gusta descubrir nuevas historias y que les expliquemos cosas que hemos aprendido.
- Dejarles elegir libros: que los elijan ellos, que compren los que creen que les van a gustar.
- Que los leamos con ellos: si aún así no lo hacen, si ellos por sí solos no cogen un libro para leerlo (hablo de niños que ya saben leer), podemos leerlos con ellos (o por ellos). Disfrutarán con las historias y disfrutarán por pasar un rato con papá o mamá.
- Que leamos en un momento de calma: los niños alternan momentos de excitación con otros de calma. Si el niño está saltando, corriendo, jugando, no le digamos "vamos a leer", porque sentado va a aguantar diez segundos. Espera a que sea él quien se siente y se ponga a mirar la tele o hacer algo tranquilo, y ese será un buen momento (y en todo caso, tampoco es un "vamos a leer", sino un "¿te apetece leer, o que leamos?".
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