"Mamá, estás todo el día diciéndonos lo que hacemos mal", me dijo la mayor de mis hijas hace unos días. Una frase que me quedó rondando en la cabeza porque es cierto, con la cotidianeidad, las prisas y el querer hacerlo todo bien y rápido, suelo pasar por alto lo que hacen bien y en cambio estoy remarcándoles siempre lo que hacen mal.
En realidad, como madre, una quiere marcarles lo que hacen mal para que aprendan y la próxima vez lo hagan mejor, pero no es el mejor camino para hacerlo. Es más efectivo reforzar las conductas positivas elogiando los aciertos en lugar de estar siempre remarcando sus errores como si fuésemos un gran bolígrafo rojo haciendo tachones en un examen.
Si creemos que la buena conducta consiste en portarse bien, en que es un deber y una obligación de los niños, estamos frente a un error muy frecuente en el que caen muchos padres. Al restarle importancia a los logros de nuestros hijos, éstos acaban centrándose y definiendo su personalidad en relación a sus errores y malas conductas.
La personalidad de los niños se va moldeando en base al discurso que reciben de los padres. Ellos se identifican con la imagen que reciben de sí mismos a través de lo que les decimos, de cómo de lo decimos y de cómo es nuestra actitud hacia ellos. Si los etiquetamos con frases "eres vago", "eres desobediente", "haces todo mal", ese será en concepto que tengan de ellos mismos y acabarán creyéndoselo. Y por supuesto, esto es devastador para su autoestima.
En lugar de estar todo el día remarcándoles lo que hacen mal, empieza a destacarles lo que hacen bien. Con cada acierto, una muestra de aprobación, un elogio. Decirle “hoy te has portado muy bien, me ha gustado mucho que no salieras corriendo” le alentará a mejorar. Puntualizar lo que aprobamos le animará a hacerlo bien la próxima vez también.
Los elogios refuerzan la personalidad de los hijos, son una manera de demostrar que les valoramos y ayudan a mejorar su autoestima. Y a partir de una autoestima sólida, el aprendizaje será mucho más efectivo.
Cómo reforzar las conductas positivas
- Elogiar las conductas positivas de forma inmediata a la acción, pues el retraso disminuye su eficacia.
- Si han hecho algo mal, explicárselo tranquilamente, sin gritos ni amenazas.
- Escuchar y prestar atención a sus necesidades: muchas veces las malas conductas son una manera de reclamar la atención que no les damos.
- Utilizar el poder de las palabras: lo que dices deja huella en la personalidad de los niños.
- Utiliza palabras que le motiven y le animen a mejorar.
- De forma ocasional, se puede premiar al niño con un regalo para reforzar la conducta deseada, aunque sin abusar de este recurso. No tiene por qué ser un regalo material, también puede ser por ejemplo, una salida, un paseo, ir al cine juntos...
En Bebés y más | El método del bolígrafo verde: resalta los aciertos de tu hijo en lugar de sus errores, La importancia de reforzar las conductas positivas