Otra de las caras de la crisis es la crisis de natalidad. La tasa de natalidad en España presenta sus peores cifras desde el año 2003. El Instituto Nacional de Estadística revela que cada vez nacen menos niños en nuestro país (el número de nacimientos desciende un 3%) y cada vez se tienen más tarde (sobre los 31 años). Las altas tasas de paro, la reducción de ayudas o el recorte de prestaciones son algunos de los factores que provocan estas cifras. Y entre tanto número y estadística se me plantea una duda: ¿es posible tener un hijo en los tiempos que corren?
Como podemos observar en el gráfico, bien es cierto que a partir de 1999 se observa un baby boom en cuanto a nacimientos en España ya que desde 1975 los nacimientos han ido en descenso en nuestro país. Actualmente tenemos la misma tasa bruta de natalidad que la que teníamos en los años 90.
Días antes de ponerme a buscar estos datos, volviendo a casa en autobús tenía a mi lado a dos chicos de veintitantos, cuando escuché que uno le decía al otro: Nosotros no podemos decir eso de “vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos”, en todo caso viviremos de nuestros padres hasta que se pueda… porque lo de tener hijos…. Dejó aquello en el aire como si no quisiera mencionar lo evidente: lo difícil que es para los jóvenes plantearse el hecho de tener un hijo en los tiempos que corren o para aquellos que ya no son tan jóvenes plantearse darle un hermanito a su primogénito.
Actualmente en nuestro país vivimos lo contrario al fenómeno conocido como Baby Boom, podríamos llamarlo Baby Plof, algo que de cara al futuro puede resultar peligroso: cada vez habrá más población envejecida lo cual hace que un Estado no pueda mantenerse a flote si hay más jubilados que trabajadores cotizando. Reducir ayudas y dificultar a los jóvenes la opción de tener hijos puede ser pan para hoy y hambre para mañana: sí, el Estado ahorra, pero tendrá que pagarlo caro en el futuro.
Aunque otras teorías apuntan a que precisamente esto es lo que debía suceder: reducir el número de hijos por familia. El mundo está superpoblado y los recursos escasean, actualmente, el ser humano (al menos en occidente) ya no tiene que preocuparse por problemas como las plagas o las guerras que solían diezmar a la población, algo bueno para nosotros pero que afecta al mundo en el que vivimos.
Más allá de las cifras están las personas
Pese a esto, nadie quiere ser la persona que pensando en los recursos escasos de nuestro planeta decida no tener un hijo o se prive de darle un hermano al que ya tiene, porque el modelo de sociedad China de un hijo por familia no es el ideal en nuestra cultura. Y sí, las cifras no son nada alentadoras, pero viéndolas he llegado a una conclusión: mis padres me tuvieron a mí y mis abuelos a mis padres y mis tatarabuelos a mis abuelos… ¿son estos tiempos más difíciles que los periodos de guerras y entreguerras que vivieron muchos de nuestros familiares?
¿Realmente es imposible sacar a un hijo adelante en los tiempos que corren? O puede que simplemente mi generación, la de los veinteañeros y treintañeros, se haya vuelto cómoda porque hasta ahora lo hemos tenido todo y nos hemos convertido en personas poco resolutivas.
En definitiva, que traer un bebé al mundo nunca ha sido una tarea sencilla, supone un alto coste y es una gran responsabilidad. Hasta aquí nada nuevo, imagino que vosotros, lectores de Bebés y Más lo sabréis mucho mejor que yo, pero es triste que una generación (mi generación) dude o se plantee renunciar a la maternidad por temas económicos porque creo que no somos conscientes a lo que en realidad estamos renunciando: mi padre me dijo una vez algo que quedó grabado en mi memoria y fue que cuando nací, su vida cambió por completo, se olvidó de sí mismo en parte para vivir por y para otra persona y desde entonces dejó de existir ese “yo” y se convirtió para siempre en un “nosotros”. No estoy dispuesta a perderme esa experiencia.
Padres de Bebés y Más, ¿alguno de vosotros está pensando en renunciar a un segundo hijo por los tiempos que corren? ¿algún consejo para mi generación?
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