Según los votos recibidos en la encuesta que os planteaba la semana pasada, la mayoría de nuestros lectores opinan que irían siempre a las clases de preparación al parto, ya que las consideran imprescindibles.
En concreto, un 61% ha escogido dicha opción, mientras que la siguiente posibilidad más seleccionada ha sido la de acudir a las clases sólo durante el primer embarazo (un 30% de los votos). Las otras 2 opciones se alejan, con diferencia, en número de votos, ya que sólo el 7% opina que buscaría la información en otras fuentes distintas a las clases preparatorias y un 2% señala que no necesitaría ninguna formación.
Me alegra ver que las 2 primeras opciones coincidan con la que es mi idea, que la formación e información a través de unas clases nos puedan ayudar a mamás y a papás a afrontar la fase final del embarazo y el parto de una manera más consciente.
En los comentarios pudimos ver que algunas madres decían que las clases les sirvieron mucho, a otras no tanto, al menos a la hora del trabajo del parto.
La lástima es que algunas decían que no podían ir a causa del trabajo, o que eran sus parejas las que no podían ir, lo cual me llevó a explicaros mi opinión acerca de lo importante que es el papel del padre en las clases de preparación al parto.
Juntando mis reflexiones de entonces y las de los lectores en sus comentarios, señalo estos puntos importantes:
- Las clases no sólo sirven para el momento de dar a luz: aprendes sobre ti misma, sobre la evolución del bebé, sobre vuestra comunicación, se es más consciente de esta etapa y de cuestiones básicas tras el nacimiento del bebé.
- Físicamente, nos pueden ayudar a estar en forma y a afrontar el parto con fuerza y conscientes de lo que podemos hacer para atenuar el dolor y facilitar el alumbramiento.
- En España la asistencia a las clases preparatorias para la madre trabajadora se permite legalmente, aunque por desgracia no es así en muchos países.
- Incluso en los países en que la asistencia es legal, hay trabajadoras que, aunque deseen ir a las clases, por presiones laborales no lo tienen fácil. He oído más de una vez que se quieren evitar malas caras.
- Por desgracia, los horarios de las clases suelen ser rígidos y con escasas posibilidades de elección, lo cual impide que muchos papás que lo desean puedan ir.
- Lo mismo sucede con las infraestructuras de los centros de preparación, que en ocasiones no facilitan la asistencia de los padres a estas clases.
De nuevo, gracias a todos por participar.
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