Cuando una mujer se queda embarazada empieza a investigar, si no lo ha hecho antes, sobre la maternidad, realizando una preparación para su nueva vida. Incluso los centros médicos ofrecen cursos de preparación para la maternidad, el parto, el cuidado del bebé o la lactancia. Pero, ¿y lo hombres? ¿es que los chicos no necesitan una preparación para la paternidad?
En Bebés y más tenemos, lo sabemos, la suerte de contar con muchos lectores masculinos, papás en proyecto o papás ya de hecho, que tambíen quieren saber como ser mejores padres y estar preparados para la evolución que el tener un hijo supone para ellos.
Pensando en ellos he elaborado esta breve guía de preparación para la paternidad. Espero que os sean útiles los consejos.
La salud es cosa de dos
Puede que el cuerpo del hombre no esté inmerso en los cambios hormonales que tiene la embarazada, pero él también va a poder vivir el proceso intensamente si se implica en ello.
La embarazada va a tener que acudir a muchas pruebas y consultas médicas, algunas molestas o que causan ansiedad. El papá debe siempre acompañarla y confortarla si manifiesta algún miedo por la salud del niño, sea este justificado o no.
Cuidar de su propia salud es fundamental. Es aconsejable que el padre deje de fumar, tanto por los efectos sobre la concepción como sobre el feto si él sigue fumando delante de su compañera una vez está embarazada. Si ella era fumadora y lo deja en el embarazo, creo que no se puede pedir menos al papá que ese pequeño esfuerzo para acompañarla.
Un chequeo médico antes de la concepción y adoptar medidas de vida saludable como perder peso si es obeso, alimentarse correctamente y hacer ejercicio físico se sabe que inciden la salud del feto y además le ayudarán a seguir con vida más tiempo, que nadie quiere estar enfermo teniendo un hijo pequeño. Así que toca cuidarse ellos también.
Ademas de los beneficios físicos para su salud, la del bebé y de la madre, el que adopte hábitos de vida saludable y acompañe a la mujer en el cuidado especial que debe tener, eso reporta un gran beneficio emocional para ella y la pareja. Se sentirá más comprendida y apoyada si se da cuenta que el compromiso de su pareja empieza a ser completo aunque él no sienta al niño en su interior.
De verdad, para las mujeres tiene un enorme efecto saberse comprendidas y seguidas en el embarazo, tanto como es doloroso sentir que su compañero no se implica suficientemente y sigue con sus hábitos de vida anteriores.
Por supuesto, el padre o futuro padre debería abandonar las drogas ilegales si las consumía, aunque sea esporádicamente, antes de plantearse tener un niño.
El parto
También están las clases de preparación al parto. Muchos papás, aunque cada vez son menos, no se implican en esto, prefiriendo que ella acuda sola o haciéndolo de manera pasiva. Mal hecho. El nacimiento de un hijo es cosa de los dos, y para la mujer el apoyo de su pareja es muy importante en el momento del parto.
El padre debe estar informado de los procesos, de los protocolos del centro escogido y también, por supuesto, de los deseos de la mujer sobre su propio parto. Al fin y al cabo, cuando ella esté pariendo, no va a poder defenderse. Dependerá de él, si no acuden a una doula, para que la acompañe, conforte y defienda sus intereses y opiniones.
En el parto pueden producirse circunstancias complicadas que hagan necesario aceptar o no determinadas actuaciones médicas. Cuanto más sepa el padre y más seguro se sienta mejor entenderá lo que le dicen los médicos y mejor podrá actuar.
El nacimiento
Cuando nazca el bebé él estará, normalmente, con su compañera, y puede cuidar de que el bebé no sea separado excepto en caso de necesidad. Asmismo, y si las cosas se complican mucho, puede que él vaya a ser el primero que pueda estar con el niño y confortarlo en un nacimiento dificil que lo separe de su madre. Toda una responsabilidad.
Tras el nacimiento del bebé es posible que la madre esté extraña, o centrada en su cría como una gallina clueca o desconectada de la realidad, sobre todo si el parto ha sido traumático. Papá tiene que tomar las riendas y proteger esa necesidad de soledad y seguridad que tiene la hembra recién parida en los humanos y en los demás mamíferos. Si alguien tiene que racionar las visitas es el padre, aunque le cueste.
Si el embarazo no avanzara correctamente o si hubiera un aborto el padre será el ser el sostén emocional y físico de la mujer en ese momento terrible. Incluso si él siente que debe olvidar lo sucedido y seguir adelante su papel es ahora fundamental para que la madre recupere la confianza y sane sus heridas. Debe informarse sobre grupos de apoyo a las pérdidas prenatales, curar la herida, ser emocionalmente accesible, aunque sea complicado.
De vuelta a casa
La lactancia, al comienzo, puede presentar dificultades. Si el papá está implicado e informado va a poder ser un apoyo imprescindible para la madre. En el caso de ser necesario acudir a un asesor o a un grupo de madres, él también debe estar allí. Un padre que no se conciencie de su papel en la lactancia puede ser una dificultad añadida.
Regresados a casa su importancia crece. Él debe velar por la tranquilidad de la madre y el bebé, siendo el garante de que la diada, ese vínculo especial, se pueda crear sin interferencias. Las visitas, de nuevo, pueden ser molestas, y él debe restringirlas y atenderlas si se producen.
Aunque la madre amamante el padre tiene muchas cosas que hacer: Cuidar de los otros hijos, si los hay, atender las labores domésticas y preocuparse de realizar otras tareas de cuidado del bebé como cambiarlo, vestirlo o bañarlo. Las madres de un recién nacido apenas tienen tiempo para si mismas, hasta ducharse o ir al baño puede ser complicado y un hombre dispuesto a relevarla en esos momentos es un regalo del cielo.
Para facilitar esta etapa, siempre que sea posible, es conveniente que el hombre tome su permiso de paternidad e incluso se guarde unas vacaciones para esa época.
Madurar es todo un reto. Entender los cambios emocionales y físicos de la mujer puérpera es fundamental para ayudarla a pasar a esta nueva etapa más fuerte y feliz.
Paciencia con las suegras. Muchas mujeres buscan en su madre apoyo en la maternidad, incluso si su relación no es la mejor del mundo. Las madres de las madres a veces olvidan que sus hijas ya son adultas y pueden invadir nuestro terreno. Sin ceder en lo fundamental, lo más prioritario es escuchar los deseos de la mujer recién parida y respetarlos. El agua va a volver a su cauce, pero necesita su tiempo. ¿No es hermoso verse a uno mismo como ese dique que contiene la marea de sentimientos y cuida de la familia que ha fundado?
La propia madre también necesita sus palabras especiales. Las abuelas, sean madres de papá o de mamá estarán locas con el bebé, pero hay que ser muy delicados con nuestra madre si nuestra pareja se siente invadida por sus atenciones. Hay que tener mucha mano izquierda para preservar el nido que ella puede necesitar.
La intimidad y la seguridad son fundamentales para que esos primeros días se vivan felizmente. Por eso hay que saber hasta donde puede llegar la familia o los amigos, bienvenidos, pero dosificados.
Por descontado, leer páginas web de crianza y leer libros ofrece conocimientos adicionales y contacto con otras familias en la misma situación. Enriquecen mucho.
Conclusión
Como colofón, estas y segururamente otras muchas pautas que vosotros mismos podéis elaborar, os van a ayudar a prepararos a fondo para la paternidad. Una cosa se, va a valer la pena. Un nuevo modelo de padre avanza, y significa estar comprometido con la crianza de los hijos.
En Bebés y más | ¿Estamos preparados los hombres para ser padres?