Quizás te hayas planteado, en algún momento de la crianza con tus hijos, si los videojuegos son o no beneficiosos para ellos.
Lo cierto es que los videojuegos presentan ciertos beneficios para los niños, ya que pueden promover su atención sostenida (concentración), mejorar sus reflejos, sus habilidades viso-espaciales... y por ello, no debemos demonizarlos o categorizarlos como "buenos o malos", ya que esta visión sería demasiado reduccionista.
Sin embargo, encontramos diferentes tipos de videojuegos, y cuando hablamos de videojuegos violentos, las cosas cambian.
Los niños imitan lo que ven en casa, en la tele, en la escuela... y es que aprenden mediante la observación, y después actúan sobre lo que han aprendido y visto. Así mismo lo asegura Pamela Eakes, fundadora de Madres en Contra de la Violencia en EEUU y autora del artículo ¿Sabes a qué videojuegos juegan tus niños?
Por ello es importante estar atentos a qué juegan nuestros hijos. En este artículo conoceremos algunos de los efectos de los videojuegos violentos en los niños y adolescentes, en función de la evidencia científica actual.
¿Qué efectos tienen los videojuegos violentos en niños y adolescentes?
En la literatura científica encontramos numerosos estudios que hacen alusión a los efectos negativos del uso de videojuegos violentos en niños y adolescentes.
Por ejemplo, el estudio de Félix Etxeberría Videojuegos violentos y agresividad, publicado en la revista "Pedagogía Social: revista interuniversitaria" en 2011, concluye lo siguiente:
"La evidencia actual demuestra que la exposición a los videojuegos violentos se relaciona directamente con conductas, pensamientos y actitudes agresivas."
Pero además, también disminuyen los comportamientos prosociales y de empatía hacia las víctimas.
Otro estudio que va en la misma línea con estas conclusiones es el realizado por el equipo de investigación de la Universidad de Brock en Canadá y publicado en la revista Developmental Psychology.
En él se menciona que los adolescentes se vuelven más agresivos hacia otras personas tras jugar durante años a videojuegos violentos.
Vamos a desgranar y a conocer con un poco más de detalle estos y otros efectos del uso de videojuegos violentos en la infancia y adolescencia.
Agresividad
Según la Academia Estadounidense de Pediatría, los niños que juegan a videojuegos violentos de forma regular son más propensos a comportarse de manera agresiva, y posiblemente a entrar en altercados físicos con sus compañeros.
Miedo e inseguridad
Otros posibles efectos de los videojuegos violentos son una sensación de miedo aumentada y de inseguridad.
Y es que los videojuegos que involucran acciones violentas, como matar y luchar, pueden llevar a que los niños sean más inseguros y temerosos. Así lo sugiere el artículo Los videojuegos violentos y los comportamientos agresivos (2011), publicado por la Fundación Médica de Palo Alto.
Desconfianza hacia los demás
La desconfianza hacia los demás es otra posible consecuencia del uso de videojuegos violentos, debido a la exposición a situaciones violentas (e incontrolables, que involucran a terceras personas) en el juego.
Excitación fisiológica y hostilidad
En el artículo de Douglas A. y Craig A. Anderson titulado Los videojuegos violentos: el peligro de la más reciente violencia en los medios, publicado por la Universidad Estatal de Iowa, se encontró que jugar a videojuegos violentos aumenta estados fisiológicos de excitación.
De hecho, cuando se sufre ansiedad lo que se experimenta es, precisamente, esta excitación fisiológica (un aumento en sus niveles).
Así, este tipo de videojuegos lo que hace es que aumenten los picos a corto plazo en la presión arterial y el ritmo cardíaco, causando un mayor nivel de posible hostilidad y agresión.
Pesadillas
Este tipo de videojuegos también pueden ocasionar a los niños y adolescentes pesadillas, ya que tantas horas expuestos a situaciones de violencia al final lo que genera en ellos es "material para la mente", que aparece más tarde en sueños.
Normalización de la violencia
Otro efecto importante del uso de videojuegos violentos es la normalización de la violencia. Lo que ocurre es que los niños acaban "entendiendo" que lo "normal" es eso, lo que ven en sus pantallas, cuando esto no es así.
Y esto es muy peligroso, porque en su día a día seguramente verán situaciones de violencia o agresiones (por ejemplo, situaciones de bullying), y las vivirán de la misma manera, lo que puede generar más violencia, incapacidad para poner límites, falta de empatía, etc.
Disminución de la empatía
Por otro lado, y como ya sugeríamos al inicio del artículo, también encontramos estudios que sugieren que cuando los niños juegan una cantidad excesiva de videojuegos violentos, experimentan niveles de empatía disminuidos.
Así lo asegura el artículo Los videojuegos violentos, comportamiento agresivo, y el ajuste social y escolar, de Jason A. Drummond y Eric F. Dubow.
Insensibilización y dificultades para compartir sentimientos
Del punto anterior se desprende también lo siguiente: que los juegos que incluyen escenarios violentos lo que hacen es insensibilizar los sentimientos de los niños, lo que se traduce en que éstos sean menos capaces de compartir sus sentimientos con sus amigos o compañeros de clase.
Mi hijo juega a videojuegos violentos: ¿qué hacer?
Si tu hijo ha empezado a jugar a videojuegos violentos, y sientes que esto está afectando a su desarrollo, o a su forma de comportarse, o directamente no te gusta que vea las imágenes que en ellos aparecen, te recomendamos que lo hables abiertamente con él y que empieces a poner límites.
Buscar alternativas
Es importante que tu hijo entienda las consecuencias de este tipo de videojuegos y, sobre todo, que entienda que hay alternativas. En el mercado actual hay una cantidad inmensa de videojuegos de diferente tipo, libres de violencia.
Hablar en confianza
Quizás también podéis buscar un día para ir junto a alguna feria o evento de videojuegos, a alguna tienda de segunda mano...
La idea es aprovechar este momento juntos, no solamente para disfrutar y acercarte a lo que le gusta, entenderlo, etc., sino también para concienciarle y comentarle estos aspectos que te preocupan. Hablad en confianza y sin tabúes.
Poner límites y seguir unos criterios
Es importante que entienda que puede jugar a lo que quiera, pero con unas normas y en base a unos criterios. Enfoca la conversación desde la escucha activa, no desde el reproche; indaga en los aspectos que le motivan de jugar a este tipo de videojuegos y juntos buscar alternativas.
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