Hoy 27 de febrero se celebra el Día Internacional del trasplante y hemos querido conmemorarlo dando voz a Belinda López, una mamá joven que recibió un riñón de su marido, con solo 23 años.
Cuatro años después es feliz con su pequeña Aurora Sophie, de solo 14 meses. Reconoce que hay muy poca información sobre el embarazo en mujeres jóvenes que han sido trasplantadas y por eso quiere explicar a quien desee tener una familia que sí se puede, aunque implique riesgos. Ella es un ejemplo muy claro.
"El 29 de mayo de 2015 mi vida cambió por completo"
Esa fue la fecha en la que le trasplantaron el riñón de su marido Luis y recuperó su salud. Tenía 23 años y dos días antes de cumplir 24, recibió el alta hospitalaria.
Para lograrlo tuvo que pasar 15 meses de pruebas de compatibilidad, diálisis, exámenes psicológicos y jueces.
Belinda tenía siete años cuando la detectaron una glomeruloesclerosis focal y segmentaria, que implica estar siempre cansada al perder proteínas en la orina.
Cuenta que con el tiempo esta enfermedad se convirtió en una insuficiencia renal crónica, lo que derivó en diálisis y posteriormente en el trasplante.
Actualmente siguen investigando el porqué de esta enfermedad y como combatirla.
Pero eso ha quedado atrás. Con 27 años, asegura ser totalmente feliz con su marido Luis, con quien lleva casada siete años, "un hombre maravilloso, que no solo se involucra en todo con la niña, sino que gracias a él hoy estoy aquí y podemos ser padres de Aurora Sophia".
"Siempre he querido ser madre"
"Me encantan los niños y siempre he querido ser madre, pero supongo que la decisión en firme la tomé cuando me di cuenta que quería estar con niños todo el tiempo", nos cuenta Belinda que añade:
"Salía de casa y veía niños por todos lados, mujeres embarazadas y a mí se me quedaba una cara de tonta, pensando 'yo también quiero'. Además, coincidió que mis últimos análisis habían salido genial".
Así que explica que decidió comentárselo a su doctora. Tuvo que hacer varios cambios de medicación para que no interfiriese en el embarazo, además de análisis previos y una ecografía para asegurarse de que todo estaba bien. Y se lanzó a la piscina, "con algo de miedo".
"Creo que todas las mujeres sentimos algo de miedo cuando decidimos tener un bebé. En mi caso, lo que más me preocupaba era que la medicación me provocara un aborto o me impidiera quedarme, tener un aborto y no poder quedarme embarazada".
Reconoce además que tuvo que convencer a su marido, ya que "al principio no le apetecía mucho ser padre, porque pensaba que nos iba a cambiar mucho la vida y no sabía si estaba preparado, pero al final le convencí".
Embarazo de alto riesgo, pero sin problemas
Explica esta madre joven que su gestación fue bien, a pesar de ser catalogada de alto riesgo desde el principio por estar trasplantada, con las molestias y síntomas normales de un embarazo.
Las únicas diferencias, explica, estuvieron en tener que tomar medicación y cuidarse un poco más, poniendo especial cuidado con la alimentación y el peso:
"Subir de peso de forma repentina nunca es bueno cuando estas trasplantada, porque el riñón tiene que trabajar mucho más, así que es mejor subir de forma progresiva. Engordé unos 11 o 12 kilos, lo justo para que mi niña creciera, pero sin pasarme".
Reconoce que lo pasó mal con la alimentación, ya que para no arriesgarse a tener toxoplasmosis (que no había pasado) no pudo comer durante todo el embarazo embutido, jamón ni atún, y solo lácteos pasteurizados. "Cuanto di a luz me desquité comiendo jamón".
Señala también que es importante controlar la tensión, ya que al estar trasplantada corres mas riesgo de sufrir preeclampsia y tener un parto prematuro.
Riesgos en la gestación para la mamá y el bebé
Señala Belinda que el simple hecho de ser una mujer trasplantada de riñón y tomar medicación de manera habitual, ya es suficiente para que se catalogue el embarazo de alto riesgo, aunque todo vaya bien y sin complicaciones.
Entre los riesgos para la mamá: aumento de pérdida de proteínas, preeclampsia, pérdida de función renal, cesárea de urgencia, o posible rechazo al riñón trasplantado. "Pero casi todos ellos se pueden controlar: con medicación, cuidando la tensión arterial y alimentación, el riesgo disminuye mucho".
Las condiciones de una mujer trasplantada también pueden influir en que el bebé nazca con poco peso, tenga un parto prematuro, intoxicación por la medicación o un desarrollo más lento.
"Mi doctora me informó de todos los riesgos y de que no tenían porqué aparecer, ya que nos hacen muchos controles para asegurarse de que no ocurre nada irregular. A mucha gente le puede parecer una lista muy grande, pero quitando algunos riesgos que solo tenemos los trasplantados, el resto son los mismos que asume cualquiera que quiera ser madre".
"Se hace pesado hacer tantas pruebas, pero merece la pena"
En cuanto la prueba de embarazo dio positiva, Belinda tuvo que someterse a pruebas cada 15 días y analíticas una vez al mes, además de los controles ginecológicos habituales.
Pero según cuenta fue a partir de los ocho meses cuando más se intensificó todo: tenía analíticas y consultas prácticamente todas las semanas, tanto de ginecología como de nefrología. Así que a las pruebas habituales de las últimas semanas de embarazo, sumamos los monitores fetales una vez a la semana.
En cuanto al número de ecografías, "solo me hicieron una más de las tres habituales, así que no hubo mucha diferencia".
"El embarazo es una experiencia maravillosa"
La mamá de Aurora reconoce que no disfrutó mucho los primeros meses "porque no me podía creer que estuviera embarazada", pero no así los siguientes.
Afirma que lo que más le preocupaba, como a todas las madres gestantes, es que todo fuera bien en el parto y, por fortuna no hubo complicación alguna.
Su hija nació por parto vaginal con epidural y "fue bastante rápido, con cinco pujos mi bebe salió" aunque explica que la dilatación se hizo eterna, cansada e implicó un pequeño susto.
"Ingresé 48 horas antes del parto y estuve prácticamente durante unas 14 en la sala de dilatación. A última hora, cuando ya estaba en dilatación completa, tuvimos un pequeño susto, pues cada vez que yo empujaba, a Aurora le bajaba la frecuencia cardiaca. Por suerte todo salió bien y no fue necesario realizar una cesárea de urgencia".
Explica que ya en el paritorio empezó a empujar y descubrieron que el motivo por el cual la frecuencia del bebé bajaba era que venía con vuelta de cordón.
"Lo que más miedo me daba era que tuvieran que hacerme una cesaría, ya que mi riñón trasplantado también esta en un lado de mi abdomen y no quería más complicaciones. Todo salió bien".
Postparto y lactancia, sin problemas
"Tengo un buen recuerdo de mi postparto. Durante la primera semana estuve con molestias por la episiotomía, pero enseguida me recuperé físicamente y no necesite ningún cuidado extra, solo una buena alimentación y empezar a hacer ejercicio moderado mas o menos al mes de dar a luz. A los dos meses recuperé mi silueta normal, sin necesidad de hacer ningún tipo de dieta".
Así recuerda Belinda su postparto, similar al del resto de las mamás, con la única diferencia de que no pudo quedarse en casa disfrutando de su pequeña y, a partir del mes del parto, tuvo que ir todas las semanas a nefrología "a hacerme análisis, ya que el primero después del parto salió positivo en los anticuerpos asociados al riñón". Pero explica que todo se negativizo rápidamente y ahora mismo "estoy igual que cuando me quede embaraza o incluso mejor".
También tenía claro que quería dar el pecho a su bebé desde el mismo momento en que se quedó embarazada, siempre y cuando me lo permitieran los médicos. Y pudo hacerlo.
"El primer mes nos costo un poco, me salieron algunas grietas y al principio era un poco doloroso por que no sabia colocarla bien, pero con un poco de esfuerzo y paciencia todo ha ido muy bien".
Se puso como meta darle el pecho a Aurora al menos los primeros seis meses, pero lo ha superado con creces, ya que con 14 meses aún sigue alimentándola con leche materna, aunque están en proceso de destete.
"Todos nos merecemos tener una familia"
Belinda reconoce que hay riesgos en el embarazo cuando estás trasplantada, pero "no es tan negro como lo pintan".
"Si te cuidas lo suficiente, cuentas con tus médicos en todo momento y haces caso de sus recomendaciones no tiene porqué salir nada mal".
Achaca la inseguridad al desconocimiento que existe sobre el tema, lo que hace pensar a la mujer que es imposible tener un hijo, pero no es así:
"Tenemos que entender que gracias al trasplante podemos recuperar nuestra salud y llevar una vida completamente normal. Sí se puede, no somos personas de segundo grado o con una minusvalía como nos hacen entender".
De hecho, confiesa que a Luis y a ella les encantaría aumentar la familia "cuando nuestra pequeña crezca un poco más y empiece a ir al cole, mientras mis médicos me lo permitan, siempre y cuando siga todo tan bien como ahora".
Reconoce que quiere seguir trabajando desde casa mientras su trabajo se lo permita, "para poder pasar más tiempo con mi niña". Y, en sus ratos libres ha decidido ayudar a otras mujeers trasplantadas que quieran ser mamás como ella, a través de su blog 'Nada más que mamás'.
Fotos | Cedidas por Belinda López, autora del blog nadamasquemamas.com
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