Sabemos que tener hijos cambia muchos aspectos de nuestra vida, particularmente nuestra forma de pensar. Pero de acuerdo con diversas investigaciones hechas a lo largo de los años, convertirnos en madres y padres también tiene efectos en nuestro cerebro.
Por ejemplo, el estudio más reciente en este aspecto, encontró que tener hijos podría ser beneficioso para la salud cerebral, ya que padres y madres mayores de 70 años mostraban tener materia gris más gruesa que aquellas personas que no habían tenido hijos, manteniendo el cerebro joven.
El estudio
Publicado en la revista Plos One, el estudio observacional realizado por investigadores australianos analizó las diferencias en la materia gris de un grupo de personas mayores de 70 años, con la finalidad de descubrir si había una diferencia en la corteza cerebral de quienes habían tenido hijos y aquellos que nunca los tuvieron.
A través de resonancias magnéticas en las que se examinaron las diferencias presentes en el grosor de la materia gris, cuestionarios acerca de los hijos que habían tenido y una pequeña actividad cognitiva, es como se revisaron y compararon los resultados de cada grupo.
Una de las diferencias que encontraron, es que las mujeres que han tenido más hijos tienden a tener una mejor función de la memoria más adelante en la vida. Pero estas diferencias cerebrales no solamente se limitaban al cerebro de las madres, que como sabemos gracias a otros estudios, cambia durante el embarazo para cuidar mejor del bebé.
De acuerdo con los resultados del estudio, se encontró que tanto las madres como los padres mayores de 70 años tenían regiones cerebrales corticales más gruesas que las personas que nunca habían tenido hijos.
Lo relevante o curioso de esto, es que sabe que el grosor de la materia gris del cerebro disminuye con la edad, por lo que este hallazgo puede indicar que ser padre ayuda a mantener su cerebro joven.
Las razones no se saben con certeza, ya que al ser un estudio de tipo observacional, éste no puede mostrar cómo o por qué tener hijos parece causar las mejoras en la función cerebral, aunque los investigadores tienen algunas teorías.
La principal, es que padres y madres se enfrentan con nuevos retos para garantizar la seguridad y bienestar de sus hijos, haciendo de la maternidad y paternidad una experiencia compleja de aprendizaje que dura dos o más decadas, pudiendo contribuir así a la salud del cerebro.
Como sabemos, al ir creciendo nuestros hijos, nos encontramos con nuevas metas, nuevos miedos y desde luego, nuevos aprendizajes necesarios para su crianza y cuidado, una situación por la que no pasan quienes nunca tienen hijos.
En conclusión, tener hijos puede ser beneficioso para nuestro cerebro ya que al parecer esta experiencia de vida ayuda a mantener el grosor de la materia gris a largo plazo, incluso muchas décadas después de habernos convertidos en padres.
Foto | iStock
Vía | Scimex
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