Una enfermedad conocida como "adolescentitis": el justificante que escribe una madre y han leído miles de personas
Llegaban tarde a clase y la hija le pidió a su madre que le escribiera un justificante para dárselo a su profesora. Un justificante donde le explicara por qué ese retraso en llegar al colegio. Un justificante que ya han leído miles de personas en todo el mundo, después de que esta madre lo colgara en su muro de Facebook.
Su madre aceptó comprensiva y también decidió ser completamente sincera con la profesora sobre los motivos por los que llegaba tarde a clase ese día su hija, a fin de cuentas se trata también de educar con el ejemplo.
“Cara llega tarde esta mañana como consecuencia de una enfermedad conocida como “adolescentitis”. Afecta a millones de adolescentes en el país y no se conoce cura.”
Nicole, la mamá de Cara, continuó con su peculiar justificante en esos mismos términos para que le quedara todo bien claro a la profesora de su hija. Esta es la carta.
“Los síntomas son múltiples, pero esta mañana en concreto Cara era incapaz de levantarse de la cama y además sentía la necesidad de ponerse contestona con su madre.”
Nicole, acababa la nota con un: "Por favor, llámenme si hay otro brote" dirigido a la profesora de su hija.
Muy contagiosa
Parece ser que esta patología, la “adolescentitis”, afecta como bien decía Nicole a miles de chicos y chicas en su país y a millones en todo el mundo.
El hecho de que la enfadada madre colgara su justificante para el colegio en su muro de Facebook y que haya tenido tanto éxito, tantas visitas y se haya compartido tanto, confirma que son muchos los padres y madres que han visto esos síntomas en sus propios hijos.
Varias decenas de miles de veces se ha compartido el justificante en Facebook en las escasas cuatro semanas que lleva colgado.
Contactaron con Cara desde la revista "Today" y allí les relató con todo detalle cómo había sido de tremenda la mañana como para que le surgiera la necesidad de escribir ese justificante.
Su hija se levantó tarde, hizo que sus hermanos no pudieran llegar puntuales tampoco a sus clases y cuando ya por fin estaban en el coche y Nicole trató de hacer reflexionar a Cara sobre su comportamiento y su actitud, esta se colocó los auriculares para no escuchar a su madre.
Ese fue el momento en el que según su madre la “adolescentitis” empezó a remitir momentáneamente, cuando Nicole lanzó por la ventanilla del coche el móvil de su hija al que había conectado esos auriculares para no escucharla.
La montaña rusa
Entrar en la adolescencia es subirse a una montaña rusa de emociones, sensaciones, pensamientos. Las hormonas en el cuerpo de un adolescente están en plena ebullición y las reacciones son propias de una especie de montaña rusa emocional.
Y si para los chicos y las chicas es una montaña rusa, para sus padres, es la misma montaña rusa. Se va aprendiendo sobre la marcha porque las circunstancias, a veces, también nos desbordan como padres y madres, como le pasó a la mamá que llamó a la policía para asustar a su hijo con una falsa detención por el mal comportamiento que estaba teniendo.
A veces lo más importante es simplemente estar. Estar a su lado, acompañando y educando lo mejor que podemos y se nos ocurre. No se trata de ser sus amigos, somos sus padres y ese papel es el que nos corresponde con todo lo que conlleva que es mucho pero tanto lo malo como lo bueno. Están en esa edad en la que les ves crecer y te gusta pero también te gustaría detener el tiempo al verles crecer.
Nicole también quería dejarlo claro en su peculiar justificante:
“Tener un hijo adolescente es difícil y satisfactorio a partes iguales. Ver a Cara crecer y cambiar me ha hecho muy feliz, pero ese crecimiento ha ido acompañado de los típicos dolores de crecimiento.”
Y todos sabemos que esos "dolores de crecimiento" no siempre son físicos y no afectan exclusivamente al propio adolescente.
Vía | huffingtonpost.es |
Fotos | iStockphoto
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