Tras ver la película Toy Story mi hijo me preguntó si por la noche los muñecos y juguetes en general cobraban vida. Le pregunté "no sé, ¿tú que crees?" y allí se inició una conversación en la que yo decía cosas como "a ver, yo no los oigo, pero vete a saber" y él se quedaba pensando en que no podía ser, con la duda de si podía ser.
Esos pensamientos, probablemente cargados de escenas imaginadas con sus juguetes, recreando aventuras vividas sólo por los ellos, forman parte la magia de la creatividad de los niños. Esto es lo que debieron pensar los padres de unos niños que, impulsados por las ganas de asombrarles y por las ganas de lograr que no perdieran su creatividad, decidieron demostrarles que sus dinosaurios de plástico cobran vida por la noche.
En la primera noche los dinosaurios se dedicaron a abrir, destrozar y jugar con una caja de cereales. A la mañana siguiente se liaron con la fruta y empezaron a ser menos cuidadosos con eso de "no dejar rastro de que hemos pasado por aquí". Así, durante varias noches, los dinosaurios hacían de las suyas por la casa y sus padres explicaron los motivos así:
En la era del iPad y Netflix no queremos que nuestros hijos pierdan su capacidad de asombro e imaginación. Lo único que necesitamos es un poco de energía, tiempo, creatividad y unos dinosaurios de plástico. La infancia es fugaz, así que vamos a asegurarnos de que sea divertida mientras dure.
A continuación os dejo con la secuencia completa, que no tiene desperdicio:
En la página web donde la encontré los comentarios son muy variados, desde gente a la que le encanta la historia hasta gente que piensa que los niños pueden tener pesadillas si hacemos esto o que se enfadarán cuando se enteren de cuál es la verdad. A mí tampoco me gusta demasiado engañar a los niños, sinceramente, pero esto no lo veo para tanto porque los niños saben que sus dinosaurios son de plástico y, según la edad, tienen claro que es difícil que suceda. Hasta esa edad, se juega un poco con la duda... ellos dicen que no puede ser, que lo has hecho tú, y tú respondes que "no, imposible, yo estaba durmiendo", con esa cara que delata el "sí, claro que he sido yo...". Es un juego más, es divertido, y aunque no creo que lo haga, os recuerdo que en su día hice algo parecido con un boniato, así que sí, en este caso me apunto al carro de los que han disfrutado viendo los destrozos de los temibles dinosaurios de plástico.
Vía | Guioteca Foto | K40.Kn3.net En Bebés y más | Educando la creatividad: la imaginación es uno de los mejores juguetes que existen, Educando la creatividad: no es lo mismo hacer lo que uno quiere que lo que otro quiere, El juego: diversión y creatividad para niños y mayores