La cuna no es sólo un mueble. Es una de las compras más importantes que haremos para nuestro bebé. Tiene que ser confortable, práctica, bonita, pero por sobre todas las cosas debe cumplir ciertas normas de seguridad. Veamos cómo debe ser una cuna segura.
Dado que el bebé pasará en la cuna varias horas al día, ya sea durmiendo o jugando (salvo en el caso de las familias que colechan), es fundamental que se convierta en un espacio acogedor en el que se sienta seguro y a gusto.
Los consejos de seguridad más importantes a tener en cuenta son:
• No debe tener salientes, ni esquinas cortantes, ni bordes en los que el niño pudiera engancharse la ropa.
• Los barrotes deben tener una distancia de separación entre ellos de entre 4 y 7 cm para que el niño no pueda meter la cabeza.
• El colchón debe ajustarse al somier perfectamente, sin dejar huecos ni en los laterales, ni en la cabecera ni en los pies.
• La cuna debe ser estable.
• El protector que se coloca alrededor de la cuna para evitar golpes debe estar bien sujeto, sin lazos sueltos ni partes sobrantes donde el niño pudiera meter la mano, la pierna o cualquier otra parte del cuerpo y quedarse enganchando.
• Si es de madera, como la mayoría, no debe tener un acabado liso, sin astillas ni por supuesto clavos ni tornillos salientes.
• Debe tener una altura mínima de 60 centímetros desde la base del colchón hasta la parte superior de los barrotes para evitar que el niño pueda caerse.
• También con respecto a la altura, y ya que la mayoría de las cunas tienen dos alturas regulables, deberá bajarse el colchón ni bien notamos que el bebé empieza a intentar ponerse de pie. Así evitaremos caídas.
• Por último, si la cuna se convierte luego en otro mueble como una cama, un sofá o un escritorio, es importante verificar que una vez convertida también cumpla con las medidas de seguridad necesarias.
Foto | valentinapowers en Flickr
En Bebés y más | Cunas, como deben ser, Cunas para bebés (I) y (II)