Cómo cuidar la piel de bebés y niños cuando hace frío
Aunque debemos cuidar nuestra piel durante todo el año, en la época invernal debemos hacerlo aún más, pues situaciones como las bajas temperaturas y el viento pueden hacer que ésta se reseque y deteriore. Sabemos que cada persona reacciona diferente a los cambios de temperatura, hay quienes lo resienten más.
En el caso de los más pequeños, su piel es más delicada, por lo que debemos tener precaución y cuidados especiales durante esta época. Te compartimos algunos consejos para cuidar la piel de bebés y niños cuando hace frío.
Antes de compartir nuestros consejos, es necesario recordar por qué es tan importante cuidar la piel de bebés y niños durante la época de frío. Y es que, en el caso de los bebés, su piel es 30% más delgada que la de un adulto y pierde humectación hasta 5 veces más rápido.
Igualmente, la piel de los niños es más sensible que la nuestra, así que si nuestra piel resiente los cambios de temperatura, imagina cómo lo hace la de los pequeños. Por ello, te sugerimos algunas medidas que puedes tomar para protegerla y cuidarla mejor.
Abrígalos en capas
Abrigar correctamente a bebés y niños es uno de los principales pasos que debemos hacer para proteger su piel durante la época invernal. Para esto, abrigarlos en capas es una de las formas más prácticas de hacerlo, pues podemos agregar o quitar capas según lo requieran.
Debemos evitar el exceso de ropa, pero también la falta de abrigo. Los bebés deben llevar solamente una capa más de ropa que la que llevamos los adultos, mientras que los niños deben ir abrigados igual que nosotros. Si caemos en el error de abrigarlos en exceso, ellos podrían sentirse incómodos e incluso sudar, lo que podría ser incluso peor para su delicada piel.
Otro factor importante dentro de este punto, es que al momento de abrigarlos, debemos elegir materiales transpirables, como algodón, para que no lo calienten en exceso y comience a sudar, pues esto podría propiciar la aparición de pequeños granitos, especialmente en las zonas de su cuerpo donde la piel hace pliegues, como el cuello.
Intenta no dejar partes expuestas al frío
Usualmente, la ropa invernal suele ser lo suficientemente abrigadora, pero debemos recordar que hay partes que a veces podemos dejar expuestas, cuando no deberíamos. El uso de gorro, bufanda y guantes es imprescindible sobre todo en los días más helados, para proteger manos y cara del viento y el frío.
Y hablando de partes expuestas, debemos recordar que durante esta época también debemos usar protector solar, que es algo que solemos asociar con la época de verano y playa, pero que los niños deben usar siempre que están expuestos al sol, incluso en días nublados.
Humecta su piel y zonas más expuestas
Debemos mantener siempre hidratado todo el cuerpo, pero en el caso de las partes que más están más expuestas, como la cara y las manos, debemos aplicar crema hidratante en mayor cantidad o con mayor frecuencia, para asegurarnos de que la piel de bebés y niños esté bien hidratada.
De igual manera, debemos cuidar los labios, que son una de las partes más expuestas y en invierno tienden a resecarse mucho, por lo que es importante aplicar un protector labial cuantas veces sea necesario. Recuerda que para todo esto, debemos usar productos que sean acordes a la edad de los bebés y niños.
Cuida la temperatura del agua a la hora del baño
Durante esta época es importante mantener una higiene correcta porque en muchas ocasiones o si les abrigamos más de lo necesario, los niños pueden sudar, por lo que un baño es importante para eliminar todos los residuos de sudor que hayan quedado en su piel.
A la hora del baño deberemos evitar usar agua muy caliente, pues ésta podría resecar su piel. Lo ideal es usar agua templada o tibia, que esté aproximadamente a 32 grados y hacer la hora del baño lo más breve posible para no exponerlos mucho al frío.
En interiores, que el clima sea templado
Ahora, no sólo debemos cuidar su piel cuando estamos en exteriores durante los días de frío. Sabemos que cuando estamos en casa lo que más se apetece es encender la calefacción para sentirnos calientitos y cómodos, pero es importante recordar que son justamente las temperaturas extremas y los cambios bruscos de ésta una de las principales causas por las que la piel se reseca.
Por ello, debemos procurar que la temperatura dentro de casa sea templada y que no se reseque mucho el ambiente. Para evitar esto último podemos colocar pequeños recipientes con agua o usar un humidificador ambiental.
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