Por desgracia, el uso de sillas a contramarcha en el vehículo más allá de los 15 meses de edad sigue generando mucha incertidumbre, e incluso rechazo, entre algunos padres. Creencias como que los pequeños van incómodos en ellas, las piernas no caben o se marean más, hacen que las familias acaben decantándose por colocar a los niños a favor de la marcha antes de lo recomendado, con los riesgos que esto conlleva.
Hoy vamos a hablar de las piernas y los sistemas a contramarcha: ¿cómo colocan los niños mayores las piernas? ¿Van incómodos? ¿Pueden dañarse estas extremidades en caso de accidente?
¿Dónde meten los niños las piernas cuando se sientan en una silla a contramarcha?
Cuando colocamos a nuestro hijo en una silla a contramarcha, sus piernas se posicionan entre el espacio que queda desde la base de su asiento hasta el respaldo del asiento del coche donde la silla está instalada.
Cuando son bebés nadie cuestiona que los niños vayan cómodos en una silla a contramarcha, pero a medida que van creciendo la pregunta sobre dónde meten las piernas se vuelve casi una obsesión inexplicable para muchos.
Si la silla elegida es la adecuada al peso y altura de nuestro hijo habrá espacio suficiente para que el niño ponga sus piernas de forma cómoda, en ocasiones extendidas sobre el respaldo y en otras cruzadas, en esa posición tan característica suya y con la que acostumbran a sentarse en el suelo cuando juegan.
Eso sí, es importante que cumplamos escrupulosamente con las recomendaciones del fabricante y no utilicemos el sistema de retención infantil (SRI) si el niño excede la altura recomendada; no solo porque el espacio para sus piernas será menor, sino porque estaremos poniendo en riesgo su seguridad en caso de accidente.
Algunas prácticas que ayudan a ganar espacio para las piernas son:
- Debemos adquirir el SRI en un centro especializado en sillas a contramarcha, donde puedan asesorarnos sobre el modelo más adecuado para nuestro hijo en función de su talla, trayectoria de crecimiento y tipo de coche que tengamos.
- A medida que nuestro hijo vaya creciendo, los expertos nos aconsejan ir restando inclinación a su silla hasta colocarla es posición completamente vertical (o entre 5-15º de reclinado como máximo) en la última etapa de contramarcha. Esto ayuda, tanto a ganar espacio para las piernas, como a repartir mejor las fuerzas en caso de accidente y ofrecer al niño una mayor protección.
- Cambia a tu hijo a una silla a contramarcha de un grupo superior siempre que su edad, peso y desarrollo lo permitan. Y es que a veces queremos apurar demasiado la silla sin tener en cuenta lo incómodo que puede resultar para el niño. Recuerda que existen sillas a contramarcha hasta los 25 kilos de peso y/o 120 cm de altura.
- Revisa el lugar del coche donde está instalada la silla de tu hijo y muévela si es necesario, especialmente si va colocada contra el respaldo del conductor y se trata de una persona alta, pues necesitará más espacio en el habitáculo delantero y tendrá que echar hacia atrás su asiento, minimizando el espacio que tiene el niño para colocar sus piernas. En esos casos, mover la silla a la posición central o detrás del copiloto puede ayudar a ganar unos centímetros.
¿Es peligroso para las piernas del niño viajar a contramarcha?
Otro mito en torno a las sillas a contramarcha es el que relaciona su uso con un daño en las piernas en caso de accidente, y es que hay gente que cree que al viajar de espaldas y tener menos espacio para colocar las piernas, estas podrían romperse fácilmente si se produce una colisión.
Según explica en su blog el experto en seguridad vial Matías Massó, no se han registrado roturas de piernas por ir a contramarcha. También desde Axkid analizan esta preocupación tan recurrente en los padres y nos explican que para producirse una rotura, las piernas deberían impactar contra una superficie dura, algo que no sucede porque no hay retroceso de la silla al contar con elementos específicos que lo evitan, como el arco antivuelco o los low tethers.
De todos modos, y en el hipotético caso de que se produjera una rotura en las piernas, esta no llegará nunca a ser tan grave como los daños, a menudo irreversibles, que se producen en las cervicales ante un impacto frontal con una silla de cara a la marcha.
Según los estudios, viajar a contramarcha es hasta cinco veces más seguro que hacerlo de frente a la carretera. La DGT , el RACE, expertos en seguridad vial, bomberos e incluso pediatras, recomiendan que los niños viajen así el mayor tiempo posible, pero como mínimo hasta los cuatro años.